martes, 8 de octubre de 2013

NI ANARQUISTAS NI VIOLENTOS: HALCONES ES SU VERDADERO NOMBRE



Los mexicanos “de a pié” sabemos que los medios de comunicación y en particular el duopolio Televisa-Tv Azteca, juegan un papel determinante para mantener el Statu quo y los juegos de poder que se están desarrollando en el país.

Es fácil de observar y documentar, que desde la toma de posesión de PRI-Enrique Peña Nieto, hasta la movilización de los maestros de la Coordinadora (CENTE) en protesta por la “Reforma Educativa”, que en realidad no es otra cosa que la reforma laboral del magisterio, se muestra con profusión a un “nuevo actor de las protestas”: los violentos o anarquistas, con ello se ha aumentado drásticamente el ataque a los profesores y a cualquier otro sector que se movilice. La criminalización de la protesta busca, en opinión de los especialistas[1], “romper la cohesión social”. Toda vez que de  lograr lo anterior resultara más fácil implantar las medidas pendientes dentro del modelo económico neoliberal; nos referimos a las llamadas Reformas Estructurales que se encuentran pendientes, para cerrar el circulo abierto en 1982* y que se han implementando parcialmente a lo largo de estos casi 33 años, sin llegar a su culminación, a pesar de los esfuerzos realizados durante los sexenios de; Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Caderón y Enrique Peña Nieto. Los daños a la nación son palpables y el sacrificio infringido a la población es demencial

  • *Apertura al comercio exterior y abatimiento de los aranceles.
  • Orientación del economía hacia el mercado externo y las exportaciones.
  • Puertas abiertas a la inversión extranjera.
  • Privatización de las empresas servicios y actividades económicas públicas.
  • Reducción del gasto público.
  • Desregulación del economía.
  • Disminución del gasto social y eliminación de derechos sociales.
  • Reducción de los impuestos sobre la renta (directos) y aumento de los impuestos al consumo (indirectos).
  • Contención y disminución del salario, prestaciones y costo de la fuerza laboral.
  • Reformas jurídicas y legislativas para darle certidumbre al nuevo modelo económico y a los oligarcas.[2]

En opinión de Temas Lemas y Dilemas (TLD), la crispación social y política generada por 33 años de gobiernos neoliberales, a permitido los actuales gobiernos; Federal y de la Capital de la Republica ser responsables en la construcción de escenarios iguales al los generados en 1968 y 1971, por Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, Alfonso Corona del Rosal y Alfonso Martínez Domínguez . Los sucesos que desde 22 de julio hasta el 2 de octubre de 1968 y los del 10 de junio de 1971, son hechos que en la actualidad, a nadie sorprende el que afirmemos; que fueron realizados mediante infiltrados dentro y fuera del gobierno, introduciendo militares y personas preparados en tácticas de combate como el Kendo y Aikido, los hechos están documentados hasta la saciedad y en los que queda plenamente demostrada la participación de los gobiernos del PRI con el apoyo ilimitado del PAN y que tienen una larga complicidad sellada a lo largo de las décadas de los 50’s, 60’s 70’s y 80’s. Es así que ni anarquistas ni violentos; HALCONES

Después de la masacre ocurrida el 2 de octubre y el ascenso de Luis Echeverría poder, el mensaje era claro, en el sentido de que el recurso del estado a la violencia podría ser limitado, y el autoritarismo la moneda de cambio; sin embargo, la legitimidad del aparato gubernamental comenzó hacer seriamente cuestionada. En el caso concreto del gobierno mexicano, la represión puso de manifiesto su ineptitud para tratar con una oposición no domesticada, no controlada; siendo para él más caro el principio de autoridad que la democracia. Se llego a afirmar que una crítica a un presidente es una crítica al Estado mexicano, como si la persona fuera el estado según fórmula de Luis XVI. El carácter absolutista que asomó en esta indignación muestra hasta qué punto un régimen que permaneció por largo tiempo en el poder consideró a las instituciones del estado como de su propiedad.


En la vida universitaria, los estudiantes comenzaron a denunciar más decididamente a infiltrados en sus planteles, al igual que los obreros en sus sindicatos o los activistas en sus agrupaciones alternativas. Los sujetos sospechosos “orejas”, no estudiantes, que no asistían regularmente clases o se presentaban a las reuniones a  tomar nota eran identificados y los denunciaban. También se advertía la pasividad de las autoridades ante tales denuncia o ante las agresiones de porros y grupos de choque, lo que confirmaba la connivencia de la jerarquía universitaria, sus infiltrados y porros con autoridades gubernamentales. Así, todo esto no da pié a dudas sobre lo que hace el Estado Mexicano y sus diferentes gobiernos sean del partido que sean, claro ahora con un ingrediente novedoso que se suman las “autoridades” de “la izquierda moderna” de los chuchos en la persona de Miguel Angel Mancera”. De los últimos eventos en la marcha para rememorar el 2 de octubre del 68, en la que apareció el “nuevo actor de las protestas” los violentos o anarquistas.


Sr. Mancera “mini mi de Peña Nieto”, habrá que tomar en cuenta lo expresado por Félix Hernández Gamundi 45 años después del 021068, para contrarrestar y desenmascarar a la violencia del estado, “fuera policías” en referencia al movimiento del 1968 señaló “cada ves que la policía aparecía había violencia, “el 27 de agosto de ese año, aparecieron todas las policías y el ejercito hubo violencia y el 2 de octubre ya todos saben que paso con todas las policías y el ejercito en las calles”.

Nos parece importante que ustedes conozcan dos artículos escritos por  Cuauhtémoc Contreras, para la revista Rebelión, en torno al tema que hemos abordado y que representan otra vía por la que pudieran transitar estas figuras que de cualquier forma son parte del Statu Quo.


FALSIFICACIONES DEL CAOS
por Cuauhtémoc Contreras

Durante la manifestación pública en conmemoración de la masacre de Tlatelolco en 1968, volvieron a actuar grupos fuera del margen de la convocatoria que llamaba a no buscar una confrontación inútil, y no solo se arrojaron a la violencia y al saqueo, también sirvieron de escudo para que nuevos grupos de policías disfrazados actuarán agrediendo a la prensa y a la marcha en general. Como en otras ocasiones han asumido que lo realizaron fue un acto de “guerra”, un “combate”, ya el pasado 10 de junio habían recurrido a la falsificación histórica argumentando que en 1971 sucedió una batalla y no una masacre, en virtud de lo cual asumían la responsabilidad de “volver” al combate.

Los hechos de violencia solo fueron una sorpresa para quienes no son capaces de reconocer la dinámica de tolerancia que el estado ejerce hacia los grupos denominados anarquistas.

Es falso afirmar que esta dinámica surgió a partir del 1 de diciembre de 2012, por lo menos desde 2003 la presencia de grupos que bajo la consigna del anarquismo ejercen acciones de violencia irracional es evidente.

Los comunicados y documentos que hasta la fecha han publicado son una colección de insultos a todo aquello que no sea ejercer la violencia, su sentido es inflamar los ánimos de otras personas que estén en un estado mental adecuado para actuar violentamente sin racionalizar las consecuencias o utilidad de sus actos.

Es un acto de ingenuidad pretender defender a grupos que se caracterizan por afirmar una moralidad superior y que replican un discurso que no da cabida ni al diálogo ni a la critica, sistemáticamente han atacado a todo grupo político o movimiento social cuando deja de ser una plataforma de apalancamiento para su propio discurso. Ejercen un modelo de actividad basada en la rapiña de acciones convocadas por otras movilizaciones y la cobardía de usar movilizaciones pacíficas como plataforma para ganar espacio mediático. Lo de ellos es la idealización del icono bajo los reflectores, un encapuchado con una bomba molotov es su imagen genuina de “héroe” y asumen que esa acción pese a ser seguida por la práctica de ocultarse en la multitud que no los convoco es de alguna manera un acto de valor.

Han construido la idea de que ellos están viviendo una guerra y que son capaces de vivir clandestinamente a sus enemigos. Ambas ideas no pueden ser consideradas sino una enfermiza expresión de un discurso conspiranoico. Ademas de que esa guerra solo sucede en su imaginería, la clandestinidad que anhelan es por mucho una ilusión, el estado ha demostrado tener todas las herramientas para saber quienes son y donde están. Y ellos mismos no están dispuestos a abandonar la vida que llevan para incorporarse a una auténtica clandestinidad. El estado también les ha dado todo el espacio para actuar y todos los reflectores para ser mostrados. Es evidente que después de cada acción buscan afanosamente el enaltecimiento de sus actos ante la prensa que afirman odiar, la prensa por su parte participa abiertamente de la exhibición pública de la violencia por tres razones fundamentales:

1.- La violencia genera titulares, ratings y por ende recursos.

2.- El exponer a pequeños grupos demenciales actuando alimenta la construcción de sectores reaccionarios

3.- Mitifica frente a los sectores menos analíticos a sujetos que pasan a formar parte de un imaginario colectivo como sujetos sociales de importancia e iconos falsos de las acciones políticas antisistémicas.

Esta estrategia no es nueva y ha servido para quebrar los movimientos sociales al presentar a individuos o grupos delirantes como representantes de movimientos sociales, como líderes o como “los movimientos sociales”.Sin embargo la actual situación llega a un nuevo nivel de delirio cuando la denominada -coordinadora de las sombras- ataca a todas las expresiones políticas diferentes a ellos mismos, cierra cualquier espacio de diálogo o crítica

Si desde el estado la estrategia opera desde la lógica de fomentar y aprovechar las acciones violentas para operar detenciones arbitrarias e implantar el terror en la sociedad movilizada, desde los grupos violentos opera una lógica diferente, son ciegos a reconocer que el espacio de acción que tienen no es producto de su mítica clandestinidad sino de la acción orientada de las fuerzas del gobierno que les permiten actuar sin dañar la integridad de sus organizaciones porque estas mismas son usadas como carnada para atraer a otros individuos desesperados a un frenesí de acciones violentas que estigmatiza y reduce la participación social en procesos antisistemicos.

En el nivel del estado mental de quienes asumen que estas acciones son “insurreccionalistas” hay en su propio discurso elementos para afirmar que más que un discurso político lo que los motiva es un nivel de desesperación y desconexión con la realidad que los coloca como auto marginados de sociedad, en su discurso, ellos y solo ellos realizan acciones validas, si en un principio de su emergencia se referían a las “acciones directas” como eufemismo de su violencia, hoy se refieren a la “estrategia insurreccionalista” como salida metafórica a la duda sobre el sentido de sus acciones. Esperan en todo caso que el escaparate que le da a sus acciones la prensa se vuelva una forma de contagio masivo que termine por destruir toda la cultura, toda la economía y todo el estado actual de las cosas. Sin embargo no hacen el mínimo esfuerzo en entender o dialogar con ningún grupo de la sociedad distinto a ellos, llevan una política endogámica donde al igual que en los procesos de formación de una secta religiosa, asumen que cualquiera fuera del grupo es un ignorante, un cobarde o un incapaz. Opera en ellos la “tormenta perfecta” de emociones que describe el Dr. Scott Atran en los grupos terroristas, y tal como él afirma, los personajes que actúan así, no son gigantes sino individuos llenos de rencores y carencias de nivel más emocional que material.

Su extracción no es de clase social ni son producto de la pobreza, aunque se asumen moralmente como emisarios de la acción de los desposeídos. La distancia psicológica que los separa de cualquier secta fundamentalista es realmente mínima.

En el nivel del discurso político es clara la posición de totalitarismo que asumen, no hay mas camino que el suyo. La crítica es un acto del sistema en su contra y no merece sino insultos.

Caen en la falsificación histórica recurrente, piden solidaridad cuando ellos no la brindan y están dispuestos a atacar a cualquier segmento de la sociedad que se coloque en su camino. Recurren a un discurso político que tiene por lo menos las mismas carencias que cualquiera de los metarrelatos caducos de la modernidad y le otorgan un aura de infalibilidad.

No es posible tomar una línea política y asumir como solución absoluta para el universo de individualidades y posibilidades que conforma la sociedad, menos aún por la vía del insulto y el rechazo a lo diferente. Más que asumir un discurso como verdad absoluta es necesario más que nunca construir en el dialogo y la comprensión de las diferencias, construir sobre la base de la apertura y la honestidad. Rechazar por todos los medios a los nuevos tiranos hipertecnológicos del estado y a los nuevos fundamentalistas de la violencia.

10 elementos para analizar los hechos del 10 de junio de 2013
1.- La marcha era por definición pacífica y solo un grupo de unas pocas decenas de individuos tomo la decisión de participar de la confrontación con la policía.

2.- La cantidad de policías en el zócalo (en número cercano a mil en el zócalo mas otros muchos en el recorrido de la marcha) no pudieron ser convocados de manera urgente, su presencia estuvo preparada desde antes de la marcha.

3.- Los individuos que participaron de la confrontación con la policía no fueron señalados como infiltrados por la propia marcha durante su trayecto, ni tampoco durante el episodio de violencia. Ellos estaban preparados para estos hechos y durante el trayecto recogieron objetos para arrojar además de que lanzaron por lo menos una bomba molotov que difícilmente hubiera podido ser preparada durante la marcha o en el lugar.

4.-Los granaderos no detuvieron a nadie en flagrancia, durante la confrontación respondieron con agresiones pero las detenciones fueron posteriores y no se detuvo a quienes participan del enfrentamiento sino a fotógrafos y personas que trataron de evitar las detenciones. Los individuos que participaron de la confrontación pudieron alejarse del lugar. Algunas de las detenciones se realizaron a varias calles del lugar.

5.- La táctica llamada “encapsulamiento” consiste en enviar policías en números absurdos a rodear manifestantes, al hacerlo no solo se cancela el derecho a la manifestación sino que también se señala de manera ilegal a los manifestantes como delincuentes. Esta invención de Ebrard-Mondragón es una de las practicas mas emblemáticas de los perredistas para neutralizar manifestaciones políticas que no les son afines.

6.- La dimensión absurda de la movilización de policías contrasta con el deterioro de la vida pública en todos los espacios de la ciudad donde mafias afines al PRD operan impunemente como el interior del metro donde no se detiene a los ambulantes que están organizados en mafias y que todos los usuarios señalan como el principal problema de ese medio de transporte. Jamás hasta hoy se ha usado la fuerza pública para erradicar estos grupos y por ende nunca se han movilizado policías en cantidades similares a las usadas contra las manifestaciones no afines al gobierno local.

7.-Los grupos que desde la manifestación participaron de la violencia lo hicieron a título propio y en contra de la propia convocatoria de la marcha, sin embargo aprovecharon la propia multitud de la movilización para encubrir sus agresiones y para escapar dejando a otros manifestantes abandonados mientras eran detenidos por la policía, Esta actitud no es nueva y puede documentarse en diversas movilizaciones.

8.- El gobierno ha aprovechado la presencia insistente de grupos que desde las movilizaciones promueven confrontaciones por decisión propia para agredir a las movilizaciones de manera general e incluso a transeúntes ajenos a las propias protestas.

9.- Los grupos que desde las marchas promueven las confrontaciones no hacen ningún análisis de sus acciones y se expresan de manera violenta a cualquier tipo de crítica. Sin embargo si solicitan solidaridad cuando llegan a ser detenidos en las manifestaciones.

10.- El actual clima de agresión hacia las movilizaciones sociales en el DF es el resultado de políticas directamente diseñadas por los gobiernos perredistas de la ciudad. Estas políticas son avaladas por sus grupos afines a sus candidatos o mafias pero no pueden llamarse democráticas ni por lo menos legales. Al igual que los gobiernos priistas actúan con extrema agresión hacia las protestas sociales mientras niegan la existencia de crimen organizado. 




[1] Jacinto Rodríguez Munguía.- Periodista. Estudios de comunicación en UAM-X y posgrado en Letras Iberoamericanas en la Facultad de Filosofía UNAM. Ha publicado para El Nacional, El Universal, Enfoque de Reforma, Proceso. 

Fundador de Milenio Semanal y Milenio Diario; La Revista de El Universal y Revista Emeequis (www.eme-equis.com.mx). Becario de la Fundación Prensa y Democracia/Open Society Institute (OSI) que forma parte de la Fundación Soros. 

Representante en México del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS). Coordinador del Proyecto Historia Confidencial: Investigaciones Históricas (http://www.historia-confidencial.com.mx/)

[2] El gran fracaso. Las cifras del desastre neoliberal mexicano.-  Martí Batres Guadarrama









UNA DE GRANADEROS

A LA PATRIA

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