martes, 24 de septiembre de 2013

NACIONALIZACION DE LA INDUSTRIA ELECTRICA: 53 AÑOS DE CASTIGO


CANAL PATRIO 

PROGRAMA TEMAS LEMAS Y DILEMAS
EL DESASTRE NACIONAL POR LA CORRUPCION Y LA IMPUNIDAD. 








COMENTARIO EDITORIAL SOBRE LA CONVOCATORIA A LA UNIDAD Y A LA DEFENSA DEL PETRÓLEO REALIZADA POR CÁRDENAS Y LÓPEZ OBRADOR. (Septiembre 2013)
El jueves 19 de Septiembre del presente, Andrés Manuel López Obrador, Cuauhtémoc Cárdenas, así como el Dr. Pablo González Casanova, entre otros dirigentes y líderes políticos, hicieron público un pronunciamiento haciendo un llamado a la unidad de los mexicanos para “oponerse abiertamente a las reformas a los artículos 27 y 28 de la Constitución de la República que propone el gobierno y defender nuestra Soberanía.”

También hicieron una convocatoria para oponerse a la reforma hacendaria, ya que dijeron profundiza la crisis al afectar “a las pequeñas y medianas empresas, a las clases medias y sobre todo a los trabajadores y a los más pobres de México”

Este llamado a la unidad lo hemos demandado varios ciudadanos y colectivos como el de Temas Lemas y Dilemas, en respuesta a las acciones que ha tomado el Estado Mexicano desde Noviembre del año pasado. Nos referimos a la aprobación de la  llamada Reforma Laboral en Noviembre de 2012, que en los hechos constituye una nueva Ley Federal  del Trabajo al servicio de los patrones; asimismo la firma del llamado “Pacto por México”, que no es otra cosa más que un acuerdo signado por los partidos políticos, para pasar por arriba de nuestra Constitución Político Mexicana, realizando un trastorno público, estableciendo un gobierno contrario a los principios que sanciona nuestra Carta Magna; y finalmente en respuesta a las reformas a los artículos 3°, y en rechazo a la llamada reforma energética, que busca privatizar totalmente al sector energético.

Siendo esta proclama un punto de referencia para unir a todos aquellos que estamos en contra de la reforma energética, es también limitada, en virtud de que convoca al pueblo mexicano “a participar activa y pacíficamente” “desde todas las trincheras a las que cada quien tenga acceso”, es decir, convoca a luchar a cada quien en su gremio, o por su lado, y no hacerlo de manera articulada y organizada; Sin pretender descalificar la proclama de estos líderes es necesario que en congruencia con dicho pronunciamiento, se convoque a los diversos movimientos en resistencia: mineros, electricistas del SME, sobrecargos, maestros de la CNTE, así como a las demás secciones magisteriales en lucha que se han movilizado; a obreros, campesinos, estudiantes, amas de casa, jóvenes, vendedores ambulantes, proletariado de servicios, etc. para conformar un bloque o frente de resistencia en contra de la privatización del sector energético y en rechazo a la reforma hacendaria por empobrecedora.

La experiencia llevada a cabo en 1999 por el pueblo mexicano es determinante: Ante la iniciativa de Ernesto Zedillo que pretendía privatizar totalmente al sector eléctrico. El Sindicato Mexicano de Electricistas, convocó en Febrero de ese año a la conformación del Frente de resistencia en contra de la privatización de la Industria Eléctrica, en donde participaron activamente amplios sectores del pueblo de México, haciendo posible que el 24 de Abril del 2002 el Senado de la República desechara dicha iniciativa y la mandara a donde merece estar la actual iniciativa de Peña Nieto y del PAN: Al bote de la basura.

PROGRAMA TEMAS, LEMAS Y DILEMAS
CANAL PATRIO
Septiembre del 2013.






LA ECONOMÍA, LA SOCIOLOGÍA Y ELDESARROLLO DE LAS FUERZAS EXPANCIONISTAS DE LOS ESTADOS UNIDOS EN LO QUE QUEDO DE LA NUEVA ESPAÑA

INDUSTRIA ELECTRICA EN MEXICO

INTRODUCCIÓN
La Unidad Perdida en México, Rescatada en el Continente por Evo Morales y su pueblo. Viva Pacha Mama

En Bolivia para tener acceso al agua tuvo que declararse una guerra hace 13 años, cuando los gobiernos neoliberales de la mano de las empresas transnacionales pretendieron privatizar hasta la lluvia. Lo mismo ocurrió con el gas, que se pretendió exportar a México y Estados Unidos vía Chile, lo que provocó la contundente respuesta de indígenas bolivianos alteños, generando la crisis política más grande de los últimos tiempos, uno a uno cayeron cinco presidentes en cinco años.

Así, el siglo XXI boliviano se estrenaba con fuertes luchas contra las privatizaciones de los bienes comunes. Las ciudades de Cochabamba y El Alto se convirtieron en verdaderos campos de batalla en defensa de los recursos naturales, con ello se estableció un nuevo paradigma, en franca oposición a los postulados neoliberales de libre comercio y capitalización.

La lucha contra este modelo fue una lucha de todos por la recuperación de la patria, hoy el pueblo de la República de Bolivia son dueños de sus recursos naturales. Durante el Gobierno del presidente Evo Morales el acceso al agua y al gas han sido elevados a la categoría de derechos fundamentales y la nueva Constitución Política del Estado establece en su artículo 20 que toda persona tiene derecho “al acceso universal y equitativo a los servicios básicos de agua potable, alcantarillado, electricidad, gas domiciliario, postal y telecomunicaciones”. Asimismo, se determina que el derecho al agua y alcantarillado son derechos humanos que no pueden ser privatizados ni concesionados.

En el mismo sentido, con la actual política del presidente Evo Morales en materia económica han logrado la caída del índice de pobreza, paralelamente al incremento del índice de consumo interno de electricidad, agua potable y gas. Muestra de lo anterior es el aumento en las conexiones de gas domiciliario, pues mientras en el periodo de 2001-2005 la cifra era de 44, 543; de 2006 a 2012, la cifra llegó a 367, 557. Cabe destacar que durante este periodo la tasa de desempleo disminuyó significativamente, lo que incide directamente en el acceso a los servicios básicos.

En resumen, el balance en la República de Bolivia es altamente positivo, los servicios básicos se han masificado y es sobre esta base que han podido proyectar en Bolivia al año 2025, donde su meta es garantizar el 100 por ciento de cobertura en los servicios de agua, alcantarillado, energía eléctrica, comunicación y telefonía.

Lo anterior consideran que es factible, ya que han avanzando en los proyectos de las Hidroeléctricas de San José en Corani, El Bala en Beni, Miguillas en Inquisivi, Cachuela Esperanza en Alto Beni y la Central Hidroélectrica Rositas en Santa Cruz, así como en la ampliación de la planta eléctrica de Valle Hermoso. Lo que garantizará la provisión de electricidad para todos los bolivianos y nos permitirá exportar energía eléctrica. Por su parte, la instalación del satélite Tupak Katari en 2014 reducirá significativamente los costos de Internet e incrementará la calidad del servicio.

Lo anterior nos demuestra que cundo un pueblo logra en la unidad de acción la defensa de sus intereses comunes, se plantan las bases sólidas para garantizar el pleno goce de los derechos fundamentales de todos así como la construcción de la patria de nuestros sueños, que hoy es posible. Unidad En La Acción En Torno A Objetivos Comunes.

POSITIVISMO Y LIBERALISMO EN EL SIGLO XVIII
El Champurrado ideológico del Período de la Reforma en México


Positivismo[1]
El Positivismo se dice que consiste en no admitir como validos científicamente otros conocimientos, sino los que proceden de la experiencia, rechazando, por tanto, toda noción a priori y todo concepto universal y absoluto. El hecho es la única realidad científica, y la experiencia y la inducción, los métodos exclusivos de la ciencia. Por su lado negativo, el positivismo es negación de todo ideal, de los principios absolutos y necesarios de la razón, es decir, de la metafísica. El positivismo se señala que “es una mutilación de la inteligencia humana”, que hace posible, no sólo, la metafísica, sino la ciencia misma. Esta, sin los principios ideales, queda reducida a una nomenclatura de hechos, y la ciencia es una colección de experiencias, sino la idea general, la ley que interpreta la experiencia y la traspasa. Considerado como sistema religioso, el positivismo es el culto de la humanidad como ser total y simple o singular.

LIBERALISMO

Gabacho y Escoces [2]

Dos siglos después de su muerte, Adam Smith es  considerado por muchos como la figura más importante en la historia del pensamiento económico liberal. Su obra “Investigación sobre la Naturaleza y causa de la Riqueza de las Naciones” dio  luz al obscuro espíritu del capitalismo moderno, y presentó su justificación teórica en una forma que dominó el pensamiento de los más influyentes economistas del siglo XIX y que sigue inspirando a los defensores del mercado libre, e incluso hoy en día.

Sin embargo, aunque pocas personas cuestionarían su importancia para la historia de la ciencia económica, es importante explicar que existe una corriente que quiere excusar la obra editorial y de pensamiento económico de Smith, diciendo que su oficio no era el de un economista; ya que de hecho, en sus tiempos la economía aún no se había desarrollado como disciplina independiente. Argumentan que él mismo consideraba su Riqueza como una exposición parcial de una obra más amplia sobre «los principios generales de la ley y del gobierno, y de las diferentes revoluciones que en éstas se han producido en las diferentes épocas y periodos de la sociedad», obra que deseaba escribir pero que nunca llegó a completar.

En La Riqueza de las Naciones es evidente que para Smith la ciencia económica era mucho más que la teoría de precios, producción y distribución, moneda y banca, finanzas públicas, comercio internacional, y crecimiento económico, campos que hoy en día se consideran como especialidades en si mismos. Naturalmente que todos estos temas se discuten en el libro, y la pretendida excusa se basa en que en la citada obra, incluye detalladas discusiones sobre tópicos tan diversos como historia eclesiástica, demografía, política educacional, ciencias militares, agricultura, y asuntos coloniales. En efecto, la amplitud de sus intereses, que abarcaban no solo economía, ética, filosofía política, y jurisprudencia, sino también literatura (antigua y moderna), lingüística, psicología, y la historia de la ciencia, están presentes en sus estudios.

“Nuestro Porfis” .- Liberal y Positivista

“Porfirio Díaz llego al poder -gracias a la revuelta de Tuxtepec- invocando la constitución liberal de 1857. Pero la afirmación de paz y el desarrollo de la riqueza nacional se convirtieron en objetivos básicos del nuevo régimen. Ya no se prometieron quimeras demócratas como en los gobiernos de Juárez y Lerdo, sino un gobierno fuerte capaz de imponer el orden “poca política y mucha administración.

Conservando rasgos básicos del liberalismo, el porfirismo adoptó como filosofía oficial del positivismo, de tal forma que la idea rectora, más que la libertad, fue la de “orden y progreso”. A ese progreso el estado porfirista contribuiría, sobretodo, con el mantenimiento del “orden” y no en el sentido actual de Estado regulador e interventor en economía (ya sea como inversor directo o a través de su gasto público). Una excepción fue el caso de los ferrocarriles cuya inserción más que marcar una tendencia intervencionista, constituyó una forma de apoyo en infraestructura del transporte a la acumulación privada de capital – como más adelante, en el siglo XX sería el rescate de empresas y particularmente el petróleo y la electricidad-.

El positivismo, en su versión de darwinismo social, propugnaba la supervivencia del predominio de los más aptos, y justificar así el uso de la fuerza para imponer el orden. Al mismo tiempo se proclamaban la igualdad formal para sobresalir, el porfiriáto se concretó en un régimen de exclusión y de privilegios en todos los órdenes.

Aunque porfirismo podría ser considerado como un régimen liberal revisionista, algunos rasgos fundamentales del liberalismo permanecían en la práctica de las relaciones sociales. En este sentido, el Estado liberal se basa en el ciudadano y no en la clase social; individuos formalmente iguales en el mercado económico y de la competencia política ciudadana. Esta concepción se reflejó en el plano práctico: en lo político, en la exclusión de las mayorías de la actividad política, en la represión en contra de los movimientos obreros, campesinos e indígenas; y en una escasa intervención del Estado en economía, vista tanto como regulación estatal que como estado inversor directo”[3].

En ese contexto económico se desarrolla la presidencia de Porfirio Díaz y el surgimiento de la industria eléctrica en México, primero con pequeños inversores, políticos allegados al círculo de Díaz, que fueron absorbidos a la llegada del gran capital trasnacional, el capital financiero al estilo de The Mexican Light.

El advenimiento de la industria eléctrica en México estuvo asociado al crecimiento económico logrado durante el porfiriato, especialmente en algunas ramas que empezaron a utilizar energía eléctrica como fuerza motriz; tal es el caso de la industria minera y textil, particularmente importantes en este periodo.

Desde un punto de vista económico, el porfiriato puede dividirse en tres fases; la primera, que corresponde aproximadamente a los años ochentas, se caracteriza por grandes desajustes y por su inmersión en un ciclo internacional recesivo; es el momento en que se crean las primeras plantas eléctricas. En la segunda fase, la de los noventas se acelera el desarrollo económico, en particular industrial, y con ello la industria eléctrica. En esta fase los capitales extranjeros intensificaron su penetración, especialmente en minería y manufacturas. La tercera fase se inició hacia 1903 con la declinación del desarrollo económico que culminaría con gran crisis agrícola de 1907.

En cuanto al sector que nos interesa, cabe precisar que en 1879 introdujo por primera vez de electricidad. Esto ocurrió en la fábrica de hilados y tejidos “La Americana” en ciudad de León Guanajuato. Muy pronto esta fuente de energía comenzó utilizarse en el alumbrado público. En julio de 1880 se instalaron en la Ciudad de México, en calidad de prueba, dos focos de arco, uno en el kiosco y otra la esquina suroeste del jardín de la plaza de la Constitución. En septiembre de 1881, la compañía que suministraban al grado de gas a la Ciudad de México inició arreglos con el Ayuntamiento para utilizarlos eléctrica, y el 1 de diciembre de ese año instalaron 40 focos entre la estatua de Carlos IV y el Zocalo. Hacia 1890 la Ciudad de México contaba con 2 054 focos.

LAS EMPRESAS ELÉCTRICAS

“De  1879 a 1934 la historia de las empresas eléctricas en México fue la de las empresas privadas, que generaban el fluido y lo transmitían y distribuian a usuarios públicos o privados. Al principio las empresas eléctricas final muy pequeñas y dispersas, creadas en función de las necesidades locales, pero poco a poco se produjo un fenómeno el de concentración en la generación y transmisión, así como de extranjerización de las mismas. Este proceso cobró fuerza con el establecimiento de un gran monopolio en la zona centro del país The Mexican Light and Power Limited, fundada el 10 de septiembre de 1902 bajo la ley de empresas canadienses, conforme al capítulo 153.3, Eduardo VII, autoriza la creación de la compañía en cuyo nombre en español se denominará Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, en calidad de cesionaria de la Société du Necaxa y el 24 de marzo del mismo año el gobierno porfirista, otorga la concesión para que dicha compañía aproveche como fuerza motriz las aguas de los Ríos Tenango, Necaxa, Catepuxtla en el distrito de Huachinango en el estado de Pueblaconocida como la ley de empresas, y aposentada en México el 23 de febrero de 1903, que, junto con la American and Foringer Power y  la Compañía Hidroeléctrica de Chapala dominaron el panorama; cuyo dominio trato de acotarse, al crearse la Comisión Federal de Electricidad”.

Lo anterior nos señala, que durante el periodo Cardenista el país alcanza una fase de desarrollo industrial importante. El General Lázaro Cárdenas busca con el decreto de 1934 con la creación de la Comisión Federal de Electricidad, dotar al país de los instrumentos que en el futuro le fuesen benéficos, para su desarrollo sin pensar obviamente que esa empresa fuese a ser la cueva de bandidos que ha sido desde que el desarrollo estabilizador la utilizo, como palanca de transferencias a la iniciativa privada, por la vía de tarifas subsidiadas a la Gran Industria y al Comercio. Sectores a los que el sector eléctrico transfirió Billones de pesos del periodo comprendido de 1934 hasta la fecha.

El periodo de 1940 a 1950 se caracterizó  en la economía mexicana, primero, por un crecimiento lento y, posteriormente, por una aceleración del crecimiento a partir del sexenio de Miguel Alemán. Contribuyeron principalmente a este desarrollo económico, por un lado, la Segunda Guerra Mundial – que permitió incrementar y diversificar las exportaciones-; y por el otro, el aumento considerable del gasto público, sobretodo el gasto económico. La participación del sector público en inversión en algunos de los años del periodo llegó al 50% del total. Sin embargo, este incremento de la intervención estatal en economía a través de su gasto se vió aparejada con un inflación apreciable. Otro elemento que contribuyó a la acumulación de capital fue la depreciación del salario real de los trabajadores, que llegó a su mínimo hacia 1946, aproximadamente. Éste proceso complejo, que algunos han llamado de desarrollo con inflación y depresión del salario real, estuvo compaginado con dos procesos adicionales: uno, la migración campo-ciudad y la incorporación de una parte de esta fuerza de trabajo a las actividades industriales (no a los servicios) y, segundo, la emergencia del llamado charrismo sindical. La industria eléctrica los trabajadores electricistas se vieron envueltos en un torbellino de contradicciones, tal como veremos más adelante. En el período comprendido entre 1942 y 1952 en que Juan José Rivera Rojas fue Secretario General, el sindicato Mexicano de Electricistas, éste no se sustrajo a la forma de vivir en los sindicatos controlados por el gobierno. En pocas palabras el charrismo se instaura en el SME, para no salir jamás, ya que en mayor ó menor medida, en grupos o a nivel general, ha sido la falta de democracia una constante que permeo,  hasta la liquidación de Luz y fuerza del Centro en el año 2009


1960 NACE UNA INFAMIA CON UNA CONTRADICCIÓN

“Al tomar posesión la nación mexicana de la Compañía de Luz, se consuma un largo esfuerzo desarrollado por el pueblo de México para tener en sus manos la energía eléctrica que en el país se produce por manos de mexicanos.

La nacionalización de la energía eléctrica es una meta alcanzada por el pueblo en el camino de la Revolución.

Siempre hemos sostenido que alcanzar una meta debe ser punto de partida para más importantes realizaciones, y ahora invitamos al pueblo de México a que, en posesión de su energía eléctrica, acreciente su industrialización para llevar a los hogares de todos, los beneficios de la energía eléctrica y los de la industrialización.”

Estas frases pronunciadas por el Presidente Adolfo López Mateos en su discurso de Nacionalización de una parte de la Industria Eléctrica,  dejan muy en claro que verdades a medias son mentiras ya que el 1º de septiembre de aquel 1960 el Senador Manuel Moreno Sánchez, aclaro que La Bond and Shar se incorporo de inmediato a la CFE, debido que se compraron todas las acciones ya que solo el Estado resulto ser el propietario al comprar la totalidad de las acciones, así como activos y pasivos. “Respecto a la Compañía Mexicana de Luz, The Mexican Light and Power, sólo se compró el 90% del capital, representado en el 95% en acciones comunes y el 73% en acciones preferentes. Quiere decir que existe un 10% de acciones que representa parte de la propiedad de la empresa, que no estuvieron en posesión de la Nación en el acto de “nacionalización”. Por eso afirmado, con razón, de "mexicanización", y de "nacionalización", se dijo que aun y que ya era pleno el acto jurídico, resulto insuficiente ya que es era absoluto el dominio de la Nación sobre esa industria. Ckta José Antonio Almazán gonzalez La Nación tiene el derecho originario, si, pero como lo había concedido a unos particulares, ahora lo rescata de una nueva manera: haciéndose dueña de la cantidad de acciones necesarias para tomar el dominio y la dirección de la empresa." y la transacción financiera de otra la mayor de todas nos referimos al The Mexican Light and Power

La memoria colectiva del pueblo mexicano es breve y al parecer se encuentra de forma permanente en la primera etapa de la misma, a la que se le conoce como memoria sensorial. Literatura especializada señala que; la memoria sensorial maneja la información que percibes en el presente. Graba lo que escuchas, ves, saboreas, sientes y hueles por un período muy breve de tiempo. A continuación, sustituye a la información con la información sensorial nueva o lo que la convierte en memoria a corto plazo, si te das cuenta de algo tan significativo, como una hermosa puesta de sol o para el caso la noticia de que la electricidad ya es tuya al igual que el petróleo se percibe con posterioridad como una señal confusa. En general, los datos visuales se registran sólo alrededor de 500 milisegundos antes de que se pierdan. Otros datos sensoriales se mantiene durante sólo aproximadamente uno o dos segundos antes de que sean reemplazados. La memoria sensorial procesa grandes cantidades de información todos los días, pero esta información no es interpretada. Es como una gran cantidad de datos en bruto que se están procesando continuamente y sustituyen con los más recientes.

Después de esta pequeña precisión con respecto a lo que parece ser una falta de memoria sobre los acontecimientos con respecto a la Nacionalización de la industria eléctrica fundamentalmente


industria

Entre el 15 de junio y el 15 de julio de 1960, el gobierno mexicano, a través del Banco de México que a su vez se auxilió de una serie de instituciones de crédito tales como el Barclay's Bank y el Hambros Bank Limited, de Londres; el Kedietbank de Bruselas; la Central American Investment Trust, de Vaduz, Liechtenstein; el Canadian Bank of Commerce de Toronto; la Hongkong and Shangai Corporation de París; la Swiss Bank Corporation de Zurich; The First National City Bank de Nueva York, publicó avisos de oferta de compra de las acciones de la Mexlight, en México, Bélgica, Inglaterra, Canadá, Francia y Suiza.

"El precio de oferta fue de 20 dólares americanos por acción común, que era superior al que las acciones tenían en el mercado en su momento y que se fijó en esta cantidad para no afectar los intereses de los numerosos pequeños inversionistas extranjeros y nacionales propietarios de dichas acciones. En relación con las acciones preferentes la oferta fue de 13 dólares americanos y estuvo en vigor durante el mismo periodo."
El capital contable alcanzaba a la suma de ochenta y dos millones ochocientos treinta y tres mil trescientos sesenta y seis dólares canadienses (un mil sesenta y seis millones cuatrocientos setenta y nueve mil quinientos ochenta y siete pesos), representado por dos millones doscientas sesenta y siete mil quinientas sesenta y ocho acciones comunes, y ochocientas cincuenta y tres mil doscientas cuarenta y cuatro preferentes, más la reserva para reinversión y el superávit ganado.

De tal forma que el 1 de septiembre de 1960 el presidente Adolfo López Mateos pudo informar que el gobierno mexicano era propietario del 91% de las acciones comunes y del 73 % de las acciones preferentes. Aún cuando para el 27 de septiembre había logrado comprar 2,168,270 acciones comunes que representaban el 95.62% del total y 626,012 de las acciones preferentes que representaron el 73.38% del total.
De manera escueta en el 49 Informe Anual del Consejo de Administración de la Mexlight, para el ejercicio concluido el 31 de diciembre de 1960, se informó de este proceso de compra, señalándose que con este acto "....se alcanzó uno de los objetivos básicos para la industrialización de México: la nacionalización de la industria eléctrica."
Con esta compra accionaria el gobierno mexicano adquirió el control mayoritario de la estructura corporativa de la Mexlight compuesta de las siguientes empresas: Compañía de Luz y Fuerza de Pachuca, S.A., Compañía Mexicana Hidroeléctrica y de Terrenos, S.A., Compañía de Fuerza del Suroeste de México, S.A., Compañía Mexicana Meridional de Fuerza, S.A., L.M. Guibara, Sucesores, S. en C. y Compañía de Luz y Fuerza Eléctrica de Toluca, S.A.
La Compañía de Luz y Fuerza de Pachuca, S.A..- Al adquirir la Mexlight el control de la Compañía Eléctrica Irrigadora en el Estado de Hidalgo, según escritura del 13 de mayo de 1910 se constituyó la Compañía Irrigadora de Luz y Fuerza del Estado de Hidalgo, con una duración de cincuenta años



[1] El término positivismo fue utilizado por primera vez por el filósofo y matemático francés del siglo XIX Auguste Comte, pero algunos de los conceptos positivistas se remontan al filósofo británico David Hume, al filósofo francés Saint-Simon, y al filósofo alemán Immanuel Kant.
Comte eligió la palabra positivismo sobre la base de que señalaba la realidad y tendencia constructiva que él reclamó para el aspecto teórico de la doctrina. En general, se interesó por la reorganización de la vida social para el bien de la humanidad a través del conocimiento científico, y por esta vía, del control de las fuerzas naturales. Los dos componentes principales del positivismo, la filosofía y el Gobierno (o programa de conducta individual y social), fueron más tarde unificados por Comte en un todo bajo la concepción de una religión, en la cual la humanidad era el objeto de culto. Numerosos discípulos de Comte rechazaron, no obstante, aceptar este desarrollo religioso de su pensamiento, porque parecía contradecir la filosofía positivista original. Muchas de las doctrinas de Comte fueron más tarde adaptadas y desarrolladas por los filósofos sociales británicos John Stuart Mill y Herbert Spencer así como por el filósofo y físico austriaco Ernst Mach.
·         Comte, Augusto (1798-1857).
Filósofo positivista francés, y uno de los pioneros de la sociología. Nació en Montpellier el 19 de enero de 1798. Desde muy temprana edad rechazó el catolicismo tradicional y también las doctrinas monárquicas. Logró ingresar en la Escuela Politécnica de París desde 1814 hasta 1816, pero fue expulsado por haber participado en una revuelta estudiantil. Durante algunos años fue secretario particular del teórico socialista Claude Henri de Rouvroy, conde de Saint-Simon, cuya influencia quedaría reflejada en algunas de sus obras. Los últimos años del pensador francés quedaron marcados por la alienación mental, las crisis de locura en las que se sumía durante prolongados intervalos de tiempo. Murió en París el 5 de septiembre de 1857.
Para dar una respuesta a la revolución científica, política e industrial de su tiempo, Comte ofrecía una reorganización intelectual, moral y política del orden social. Adoptar una actitud científica era la clave, así lo pensaba, de cualquier reconstrucción.
Afirmaba que del estudio empírico del proceso histórico, en especial de la progresión de diversas ciencias interrelacionadas, se desprendía una ley que denominó de los tres estadios y que rige el desarrollo de la humanidad. Analizó estos estadios en su voluminosa obra Curso de filosofía positiva (6 vols., 1830-1842). Dada la naturaleza de la mente humana, decía, cada una de las ciencias o ramas del saber debe pasar por "tres estadios teoréticos diferentes: el teológico o estadio ficticio; el metafísico o estadio abstracto; y por último, el científico o positivo". En el estadio teológico los acontecimientos se explican de un modo muy elemental apelando a la voluntad de los dioses o de un dios. En el estadio metafísico los fenómenos se explican invocando categorías filosóficas abstractas. El último estadio de esta evolución, el científico o positivo, se empeña en explicar todos los hechos mediante la aclaración material de las causas. Toda la atención debe centrarse en averiguar cómo se producen los fenómenos con la intención de llegar a generalizaciones sujetas a su vez a verificaciones observacionales y comprobables. La obra de Comte es considerada como la expresión clásica de la actitud positivista, es decir, la actitud de quien afirma que tan sólo las ciencias empíricas son la adecuada fuente de conocimiento.
Cada uno de estos estadios, afirmaba Comte, tiene su correlato en determinadas actitudes políticas. El estadio teológico tiene su reflejo en esas nociones que hablan del Derecho divino de los reyes. El estadio metafísico incluye algunos conceptos tales como el contrato social, la igualdad de las personas o la soberanía popular. El estadio positivo se caracteriza por el análisis científico o "sociológico" (término acuñado por Comte) de la organización política. Bastante crítico con los procedimientos democráticos, Comte anhelaba una sociedad estable gobernada por una minoría de doctos que empleara métodos de la ciencia para resolver los problemas humanos y para imponer las nuevas condiciones sociales.
Aunque rechazaba la creencia en un ser transcendente, reconocía Comte el valor de la religión, pues contribuía a la estabilidad social. En su obra Sistema de Política Positiva (1851-1854; 1875-1877), propone una religión de la humanidad que estimulara una benéfica conducta social. La mayor relevancia de Comte, sin embargo, se deriva de su influencia en el desarrollo del positivismo.

[2] El 2 de abril de 1831, a medianoche, el velero Le Havre dejaba el puerto francés del mismo nombre con destino a Nueva York. Además de los 18 marinos, viajan a bordo 163 pasajeros, con una vaca, un borrico y unas cuantas aves de corral. Entre los pasajeros hay 30 que han adquirido el derecho a ocupar una “cabina”, un camarote particular como el del capitán. Son norteamericanos –una muchacha joven, un comerciante neoyorquino–, ingleses, una familia y un vendedor de vinos franceses, un caballero español y dos jóvenes, también franceses, de muy buena familia: Gustave de Beaumont y Alexis de Tocqueville, más exactamente Alexis-Charles-Henri Clérel de Tocqueville.
El viaje transcurre sin más percances que el aburrimiento. Beaumont y Tocqueville aprovechan para practicar su inglés con miss Edwards. Algo más de un mes después, el 11 de mayo, el barco toca puerto en Nueva York. Los dos amigos se instalan en una pensión de una calle de moda, Broadway. Tocqueville apuntará más tarde con sorpresa que en la ciudad no hay edificios altos, ni torres ni campanarios. En una primera impresión, escrita en su diario el 15 de mayo, anota el orgullo nacional de los norteamericanos, la religiosidad de la gente y el evidente predominio de una clase media algo vulgar y poco cultivada, pero en la que nadie está mal educado. Se pregunta dónde está el gobierno, el Estado, la máquina administrativa que debería mantener toda esta sociedad en orden.
Beaumont y Tocqueville han venido a Estados Unidos en viaje de estudios para redactar un informe sobre un asunto que preocupaba en la época, el sistema penitenciario. La verdad es que los dos tenían desde hacía mucho tiempo un intenso deseo de visitar Norteamérica. Tocqueville quería ir a ver de cerca lo que es una gran república. El primer contacto resulta decepcionante, y Tocqueville se burla un poco del joven país. Nueva York parece un suburbio, no una gran capital, y aunque las casas y los jardines de los alrededores están magníficamente cuidadas, la naturaleza, casi al alcance de la mano, es agreste y salvaje. Cuando lleguen a Filadelfia, se alojarán en la Calle 3. “Esta gente”, le escribe a su cuñada, “sólo sabe de números”.
Pero pronto se da cuenta de que está en presencia de algo extraordinario, un experimento de los que la humanidad ha vivido pocos a lo largo de su historia. Al principio le sorprende el contraste entre la naturaleza salvaje de Norteamérica, la inmensidad de ese mundo sin hollar por el hombre, y la sociedad que se ha establecido allí, surgida de un pueblo muy viejo, apegado a sus tradiciones, a su religión y a sus costumbres. Después comprende que la naturaleza en Norteamérica va a ser domada por la mano de esos mismos hombres, que se han empeñado también en construir una sociedad donde ser libres. “En Estados Unidos”, escribe, “no solamente la legislación trabaja para el pueblo, también la naturaleza es democrática”. En las primeras páginas del libro que dedicará a ese mundo nuevo manifestará sentir ante el avance imparable de la democracia una suerte de “terror religioso”, como el que parece haber sentido ante la inmensidad de la naturaleza en el Nuevo Mundo.
Tocqueville pasó nueve meses y medio en Norteamérica, y regresó a Francia para no volver a cruzar nunca el Atlántico. Pero antes de los 30 años había publicado La democracia en América, un libro definitivo, como si hubiera sido escrito de un tirón tras una revelación, la misma que aún hoy en día le sigue produciendo al lector sin prejuicios. Tocqueville no se había vuelto norteamericano, ni mucho menos, pero se diría que su genio fue capaz de asimilar, en el breve tiempo que estuvo en América del Norte, la experiencia que está en la base de Estados Unidos: cruzar el Atlántico, dejar atrás el Viejo Mundo, con sus ataduras y sus resabios, y alcanzar una nueva naturaleza, la de hombre libre.

Tocqueville había nacido en París en 1805. Era descendiente de un antiguo linaje de la nobleza normanda. Los Clérel de Tocqueville presumían de descender de un Guillaume Clarel que luchó en la batalla de Hastings en 1066, cuando Guillermo el Conquistador se hizo con Inglaterra. La familia, bien enraizada en sus dominios del oeste de Francia, había prestado eminentes servicios a la Monarquía y al Estado. Bisabuelo materno de Alexis fue Malesherbes, el magistrado y consejero que volvió del exilio donde ya se encontraba para defender a su señor, Luis XVI, de los cargos de que lo acusaron los revolucionarios. Caería ejecutado en la guillotina, con su hija, su yerno y sus dos nietos. El ejemplo de la generosa dignidad de Malesherbes –“defendió al rey Luis XVI frente al pueblo después de haber defendido al pueblo ante el rey Luis XVI” – sería recordado siempre por Tocqueville.
La Revolución diezmó a su familia, como a tantas otras de la aristocracia francesa. La madre no se recuperó nunca de los siete meses que pasó en la cárcel de Port-Royal esperando una ejecución segura, como la que segó la vida de su padre, su hermana mayor y su cuñado, hermano este último de René de Chateaubriand, el escritor. Tocqueville recordaría más tarde las reuniones familiares donde, una vez pasada la tormenta, se recordaba la dulzura de la vida y la lealtad a la moral de antes de la Revolución. Se acordaba en particular de una, en la que ninguno de los presentes pudo contener las lágrimas cuando la madre de Tocqueville entonó una canción que hablaba de un hombre muerto hacía quince años y al que casi ninguno de ellos había visto. “Pero aquel hombre”, dice Tocqueville, “había sido el rey”. Más tarde, en el norte de Estados Unidos, cerca de Canadá, le sobrecogió la nostalgia de su país cuando de pronto escuchó, en medio de la naturaleza salvaje, una vieja canción popular francesa. Según confesión propia, nunca, ni siquiera cuando más inmerso estuvo en la vida norteamericana, dejó de pensar en Francia.
En sus Souvenirs, que le consagraron como uno de los grandes escritores franceses del siglo XIX, Tocqueville volvió a recordar el ambiente de sus primeros años: “Pasé los más bellos años de mi juventud en medio de una sociedad que parecía volver a ser próspera y grande; concebí en ella la idea de una libertad moderada, regular, contenida por las creencias, las costumbres y las leyes; me conmovió el encanto de esa libertad, que se ha convertido en la pasión de toda mi vida…”
Era tímido, como muchos otros miembros de su familia. Lo educó un sacerdote, el abate Lesueur, que no supo enseñarle ortografía pero le inculcó el sentido de la honradez y la rectitud. Acompañó a su padre a alguno de los destinos que tuvo éste como prefecto en varias capitales de provincia. A los 16 años, a consecuencia de sus lecturas poco ordenadas y su educación autodidacta, sufrió una crisis religiosa. No parece haber recuperado la fe, pero le quedó el respeto por la experiencia, la práctica y las instituciones religiosas, que le permitiría comprender la naturalidad con que la religión sirve en Norteamérica de fundamento a la libertad.
Cuando le llegó la hora de elegir carrera se inclinó, no sin discusiones en la familia, por las letras, es decir por la judicatura. Fue ejerciendo de juez en Versalles donde le cogieron las jornadas revolucionarias, las Tres Gloriosas de julio de 1830 que expulsaron del trono de Francia a Carlos X y pusieron en su lugar a Luis Felipe de Borbón. Era el hijo del apodado Philippe Égalité, el príncipe que había votado la ejecución de su hermano el rey antes de ser guillotinado él mismo. Tocqueville, en Versalles, vestido con su uniforme de miliciano de la Guardia Nacional, vio pasar con tristeza a la comitiva camino del exilio.
Para su familia, el final de la Restauración significaba que la Revolución volvía por sus fueros. El joven magistrado, en buena lógica, debería haber renunciado a su cargo. No lo hizo. Prestó juramento al nuevo rey, el rey burgués, llamado “el rey ciudadano” o también, con más sarcasmo, “el rey pera” (le roi poire), por la fruta que se utilizó para caricaturizarlo, de formas suavemente redondeadas, sin la menor arista y aún menos dignidad. No dejaron de reprochárselo, y el viaje a Norteamérica fue en parte una forma de dejar atrás aquellas contradicciones.

[3] Historia de la industria eléctrica en México Tomo I, Enrique de la Garza Toledo




En conmemoración del 53 aniversario de la nacionalización de la Industria Eléctrica.

En un debate dado en la Cámara de Senadores el 27 de Octubre de 1960, en donde se discutía el elevar a rango Constitucional la Nacionalización de la Industria Eléctrica, el Senador Olivo Monsiváis realizó un recuento de lo que habían sido las empresas eléctricas en manos privadas en México, previo a la Nacionalización decretada por el presidente Adolfo López Mateos: “durante 30 años o cerca de 40, las compañías eléctricas constituidas en monopolio por la naturaleza misma, por la estructura de su organización, fijaron a su autodeterminación los precios de la energía eléctrica. Cometieron algunas veces, o mejor dicho, casi siempre, injusticias, al grado de que algún órgano periodístico comentaba que se les había entregado una sociedad atada de pies y manos”

Este comentario tiene mucha actualidad a propósito de la iniciativa presentada por el Partido Acción Nacional (PAN) y por supuesto la del titular del poder ejecutivo, Enrique Peña Nieto, quienes con sus propuestas nos quieren regresar a la condición existente en México de 1903 a septiembre de 1960, en donde los empresarios extranjeros hacían y deshacían con la industria eléctrica, fijando tarifas eléctricas impagables para la mayoría de la población y dejando de electrificar amplias zonas pobres de nuestro país.

 Al igual que Ernesto Zedillo y Vicente Fox, Enrique      Peña Nieto dice  que no va a vender Pemex, ni Comisión Federal de Electricidad (CFE)  pero abiertamente apoya y promueve la participación del capital privado Trasnacional en petróleo y electricidad, contradiciendo descaradamente lo establecido en el párrafo sexto del artículo 27 constitucional. No le ha bastado que la privatización de facto, por la vía de permisos inconstitucionales en generación, productores independientes y otros (679 a junio de 2013), otorgue ya al capital privado la propiedad y el control de aproximadamente 58 por ciento de la capacidad de generación a escala nacional

 Tampoco se conforma con licitaciones y contratos de riesgo inconstitucionales que siguen entregando nuestros hidrocarburos y la infraestructura petrolera a las empresas trasnacionales. Quieren la certeza jurídica en el texto constitucional para legalizar lo ilegal, para cumplir debidamente las instrucciones del Banco Mundial y calmar las preocupaciones de las empresas trasnacionales, pues saben bien que la venta del patrimonio nacional energético puede ser revertida en juicios jurídico-constitucionales y por la movilización de amplios sectores de la sociedad que rechazan tajantemente la privatización de petróleo y de la industria eléctrica.

Peña Nieto emulo de Santa Ana

El próximo 27 de Septiembre  se cumplen 53 años de la Nacionalización de la Industria Eléctrica llevada a cabo por Adolfo López Mateos en 1960. No es de extrañar entonces que la nacionalización de esta industria haya sido borrada del calendario cívico oficial. Poco les importa a los neoliberales que firmaron el llamado “Pacto por México” la conmemoración de la fecha en que la nación mexicana recuperó el dominio exclusivo en la prestación del servicio público de la energía eléctrica, que durante 57 años estuvo en manos de empresas eléctricas extranjeras. Por el contrario el titular del ejecutivo puso en subasta al sector energético en su pasado viaje a Inglaterra, concretando este ofrecimiento con su iniciativa privatizadora que pretende modificar los artículos 27 y 28 Constitucionales, llamada elegantemente reforma energética.

Para los émulos de Santa Anna, como Peña Nieto, como Gustavo Madero y Jesús Zambrano, la celebración del 53 aniversario del acto nacionalizador eléctrico es un hecho que contradice en su esencia la desnacionalización y venta del patrimonio nacional energético que han venido impulsando a partir de 1992 en que Carlos Salinas de Gortari, en el contexto del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, abrió las puertas al capital privado en el sector eléctrico nacional, modificando una ley secundaria: la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica entregando la generación a particulares.

¿ANTE ESTA AMENAZA DE DESASTRE NACIONAL QUE HACER?

El gobierno federal(a través de la Secretaría de Energía), en coordinación con la Cámara de Senadores, en un acto demagógico convocó a supuestos foros de discusión sobre la reforma energética. Hace unas horas la fracción parlamentaria del PRD, denunció que se retiraban de estos foros porque por instrucciones de la presidencia de la República los ponentes serían personas que están a favor de la iniciativa de Peña Nieto, es decir, solamente van a realizar un acto de simulación, para aparentar que están escuchando voces de “expertos” en el tema. No es de extrañarse esto de un gobierno que no respeta la voluntad popular.

Otros actores como López Obrador, Cuauhtémoc Cárdenas y Don Pablo González Casanova, plantean unidad nacional en rechazo a las reformas energética y hacendaria, aunque hay que decir que esta propuesta es muy limitada dado que convoca al pueblo mexicano “a participar activa y pacíficamente” “desde todas las trincheras a las que cada quien tenga acceso”, es decir, convoca a luchar a cada quien en su gremio, o por su lado, y no hacerlo de manera articulada y organizada:

Sin pretender descalificar la proclama de estos líderes es necesario que en congruencia con dicho pronunciamiento, que diversos referentes sociales tales como la Junta Promotora de la Nueva Central de Trabajadores (JPNCT), la Asamblea  Nacional de usuarios de Energía Eléctrica (ANUEE), el Encuentro Nacional de Zacatepec, la Red Nacional en Contra de las Altas Tarifas de Electricidad entre otros se convoque a los diversos movimientos en resistencia: mineros, electricistas del SME, sobrecargos, maestros de la CNTE, así como a las demás secciones magisteriales en lucha que se han movilizado; a obreros, campesinos, estudiantes, amas de casa, jóvenes, vendedores ambulantes, proletariado de servicios, etc. para conformar un bloque o frente de resistencia en contra de la privatización del sector energético y en rechazo a la reforma hacendaria por empobrecedora.

La experiencia llevada a cabo en 1999 por el pueblo mexicano es determinante: Ante la iniciativa de Ernesto Zedillo que pretendía privatizar totalmente al sector eléctrico, el Sindicato Mexicano de Electricistas, convocó en Febrero de ese año a la conformación del Frente de Resistencia en Contra de la Privatización de la Industria Eléctrica, en donde participaron activamente amplios sectores del pueblo de México, haciendo posible que el 24 de Abril del 2002 el Senado de la República desechara dicha iniciativa y la mandara al lugar donde merece estar la actual iniciativa energética de Peña Nieto y del PAN: Al bote de la basura.

Finalmente, no podemos pasar por alto, que la demanda realizada el 23 de Septiembre de 2013, por López Obrador se le exija la realización de una consulta popular para que el pueblo mexicano sea consultado sobre la reforma energética antes de que el senado la “discuta2 y la vote. Es una buena propuesta que contribuiría a unificar o a articular a las fuerzas progresistas de nuestro país, las cuáles rechazamos la privatización del sector energético, y todos aquellos que decimos a los vende patrias:

¡La Patria no se vende, La patria se cuida y se defiende!

FRATERNALMENTE
México, D.F., a 23 de Septiembre de 2013.


COLECTIVO TEMAS, LEMAS Y DILEMAS.




LA FIESTA Y EL DESASTRE


Que lejos estaba de imaginar, que los festejos "patrios" no podían estar por encima de la fuerza de la naturaleza. La tormenta tropical Manuel y el huracán Ingrid, han evidenciado a las autoridades del gobierno federal encabezado por Enrique Peña Nieto y su secretario de gobernación Miguel Angel Osorio CHong  por su irresponsabilidad en la prevención de dichos fenómenos.  El desastre en el que se encuentran varios estados de la república se debe principalmente a que no se actuó de manera oportuna por las autoridades del gobierno federal pero también de las autoridades de los estados. Como es ahora el caso del gobernador de Guerrero Ángel Aguirre Rivero que en reportaje de la periodista Gloria Leticia Díaz revista proceso número 1925.



Cito “Y el gobernador y sus amigos de fiesta.  El festejo del gobernador Angel Aguirre Rivero en la casa de gobierno de Chilpancingo la noche del viernes 13, justo cuando la tormenta tropical Manuel entraba a Guerrero, refleja la imprevisión y la falta de insensibilidad político-social de los gobernantes. Mientras el mandatario departía con sus invitados comenzaba el sufrimiento de miles de personas indefensas ante la furia del meteoro. A pesar de las advertencias que se habían echo días antes el secretario de gobernación califico de injustas las críticas al gobierno, explico la dimensión de la tragedia  pero minimizo la responsabilidad de los funcionarios.

Esta terrible catástrofe ha puesto en evidencia la miseria, la corrupción y la impunidad que han aparecido en todos los estados afectados por estos fenómenos. Si relacionamos el terremoto que sacudió la Ciudad de México el 19 de septiembre de 1985 que causo la muerte de miles de personas por la falta de prevención, se reproducen los mismos efectos que en este momento han causado también la muerte de cientos o miles de personas que no debieron perder la vida y también todos sus bienes nuestras más sentidas condolencias, nos solidarizamos y apoyamos en lo que este a nuestro alcancé. Seguramente el gobierno mentira en el número de muertos tal y como lo hizo en 1985 la verdad tarda pero sale.

Definición de desastre natural:  Los desastres naturales no son naturales, los fenómenos son naturales.  Los desastres siempre se presentan por la acción del hombre.



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