miércoles, 4 de septiembre de 2013

LA MODERNIDAD DE LA REFORMA ENERGÉTICA: TRAMPA RETORICA PARA PRIVATIZAR





LA RAZÓN POR DELANTE EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE, COMO MÉTODO 
PARA DOBLEGAR A LOS CAVERNICOLAS DE LA DERECHA.

Muchas de las circunstancias que lastran nuestra vida cotidiana tienen su origen en ciertos marcos de pensamiento, si supiéramos fijar parámetros distintos, se abrirían ante nosotros nuevos caminos.

Si en ocasión de un desencuentro con un correligionario; entendiéramos que por regla general en un mismo sentido existen diversas formas de ver e interpretar las acciones que nos conducen por el camino, hacia el mismo lugar y que estas trazan su trayectoria en un  mismo sentido, pero con acciones distintas. Comprenderíamos que los afanes pueden ser por ejemplo, la forma de transportarse en el hipotético camino con un mismo sentido. Pero comúnmente confundimos la diversidad de acciones, con objetivos distintos.

Cumplir con los objetivos caminando en un mismo sentido con diversos puntos de vista y por tanto ejecutando acciones diversas en la realización de los mismos, es un asunto difícil de plantear y aún más de realizar, por ello cuando esta hipótesis se presenta sin resolverse; surgen verdaderos combates por imponer una razón por encima de otra y en la mayoría de ocasiones sin el sustento requerido por una de  las partes, el asunto se trastoca casi por regla general cuando esos desencuentros o diferendos se tienen con quienes muestran una  visión opuesta, es así de claro el por que fundamentalistas dogmáticos de derecha, que se cubren con el discurso de la modernidad.


Qué paradójico resulta que uno de los argumentos que utilizan los modernistas para defender sus posiciones, es precisamente lo novedoso y acusan a quienes combaten de atávicos y dogmáticos, que no reconocen el paso del tiempo y la transformación de la realidad. Resulta que la novedad tiene una condición sine qua non, citare a Bolívar Echeverría en su texto, Modernidad y Blanquitud.

“ la modernidad es la característica determinante de un conjunto de comportamientos que aparecen desde hace ya varios siglos por todas partes en la vida social y que el entendimiento común reconoce como discontinuos e incluso contrapuestos ésa es su percepción a la constitución tradicional de esa vida, comportamientos a los que precisamente llama "modernos". Se trata además de un conjunto de comportamientos que estaría en proceso de sustituir esa constitución tradicional, después de ponerla en evidencia como obsoleta, es decir, como inconsistente e ineficaz.

La propuesta de Echeverría, nos indica que la modernidad para empezar es una idea o concepto centenario, que tiene diversos comportamientos es decir que no se reduce a cuestiones meramente tecnológicas o mejor dicho no es la fuente de la modernidad, son los comportamientos más bien los que han dado plena vigencia al concepto. Ahora bien si planteamos la discusión en términos de cambios tecnológicos ante la modernidad, nada tiene que ver este concepto frente a lo que plantea el gobierno de Enrique Peña Nieto, (por instrucciones de Carlos Salinas de Gortari y su equipo), por ejemplo en el ramo de la electricidad, “Plantea Gobierno Modernizar a CFE”; la modernización consiste en “Proyecta EPN abrir oportunidad a particulares y abaratar costos”, como se puede ver con claridad lo que se plantea como modernidad no es más que continuar violando la disposición expresa del articulo 27 constitucional que a la letra dice:

“Corresponde exclusivamente a la Nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público. En esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares y la Nación aprovechará los bienes y recursos naturales que se requieran para dichos fines.”,

Esta propuesta deja de manifiesto que de lo que se trata es de continuar privatizando la renta eléctrica como se ha venido haciendo desde 1992, cuando Carlos Salinas de Gortari lo permitió por medio del Reglamento General de Aportaciones. Esta situación presenta “según informes indican que a la producción de electricidad por productores independientes, hasta el 29 de febrero de 2012 en que la Comisión Reguladora de Energía (CRE) ha otorgado 670 permisos para PIE, que les permite generar hasta 28 mil 978 megavatios (MW), lo que significa ya 55 por ciento de la energía total producida por la CFE en 2011, que ascendió a 52 mil 511 MW.”

Continuemos con la lectura de Bolívar:

“La Modernidad puede ser vista también, desde otro ángulo, como un conjunto de hechos objetivos que resultan tajantemente incompatibles con la configuración establecida del mundo de la vida y que se afirman como innovaciones substanciales llamadas a satisfacer una necesidad de transformación surgida en el propio seno de ese mundo.

Tomados así, como un conjunto en el que todos ellos se complementan y fortalecen entre sí, ya de entrada estos fenómenos modernos presentan su modernidad como una tendencia civilizatoria dotada de un nuevo principio unitario de coherencia o estructuración de la vida social civilizada y del mundo correspondiente a esa vida, de una nueva "lógica" que se encontraría en proceso de sustituir al principio organizador ancestral, al que ella designa.” como "tradicional".

Para precisar un poco más el asunto voy a mencionar al azar tres fenómenos en los que se manifiesta esta característica de lo moderno o en los que se muestra en acción esta "lógica" nueva, moderna.

Quisiera mencionar primero el fenómeno moderno que es tal vez el principal de todos ellos: me refiero al aparecimiento de una confianza práctica en la "dimensión" puramente "física" es decir, no "metafísica"- de la capacidad técnica del ser humano; la confianza en la técnica basada en el uso de una razón que se protege del delirio mediante un autocontrol de consistencia matemática, y que atiende así de manera preferente o exclusiva al funcionamiento profano o no sagrado de la naturaleza y el mundo. Lo central en este primer fenómeno moderno está en la confianza, que se presenta en el comportamiento cotidiano, en la capacidad del ser humano de aproximarse o enfrentarse a la naturaleza en términos puramente mundanos y de alcanzar, mediante una acción programada y calculada a partir del conocimiento matematizado de la misma, efectos más favorables para él que los que podía garantizar la aproximación tradicional a lo otro, que era una aproximación de orden mágico. En la confianza en una técnica eficientista inmedita ("terrenal"), desentendida de cualquier implicación mediata ("celestial") que no sea inteligible en términos de una causalidad racional-matemática. Se trata de una confianza que se amplía y complementa con otros fenómenos igualmente modernos, como sería, por ejemplo, la experiencia "progresista" de la temporalidad de la vida y el mundo; la convicción empírica de que el ser humano, que estaría sobre la tierra para dominar sobre ella, ejerce su capacidad conquistadora de manera creciente, aumentando y extendiendo su dominio con el tiempo, siguiendo una línea temporal recta y ascendente que es la línea del progreso. Una versión espacial o geográfica de este progresismo está dada por otro fenómeno moderno que consiste en lo que puede llamarse la determinación citadina del lugar propio de lo humano.

De acuerdo con esta práctica, ese lugar habría dejado de ser el campo, el orbe rural, y habría pasado a concentrarse justamente en el sitio del progreso técnico; allí donde se asienta, se desarrolla y se aprovecha de manera mercantil la aplicación técnica de la razón matematizante.

Como se ve, estamos ante una confianza práctica nueva que se impone sobre la confianza técnica ancestral -a la que se contrapone- en la capacidad mágica del ser humano de provocar la intervención en su vida de fuerzas sobrenaturales benévolas, de dar lugar a la acción favorable de los dioses o incluso ya en última instancia, del propio Creador. Este fenómeno moderno central implica un ateísmo en el plano del discurso reflexivo, el descreimiento en instancias metafísicas mágicas; trae consigo todo aquello que conocemos de la literatura sobre la modernidad acerca de la "muerte de Dios", del "desencantamiento" (Entzauberung) del mundo, según Max Weber, o de la "desdeificación" (Entgotterung), según Heidegger. Es un fenómeno que consiste en una sustitución radical de la fuente del saber humano. La sabiduría revelada es dejada de lado en calidad de "superstición" y en lugar de ella aparece como sabiduría aquello de lo que es capaz de enterarnos la razón que matematiza la naturaleza, el "mundo físico". Por sobre la confianza práctica en la temporalidad cíclica del "eterno retorno" aparece entonces esta nueva confianza, que consiste en contar con que la vida humana y su historia están lanzadas hacia arriba y hacia delante, en el sentido del mejoramiento que viene con el tiempo.

A manera de colofón y en continuidad a lo expuesto por Bolívar Echeverría es que estos conceptos modernos no escapan los de carácter teosófico si se duda solo veamos como dentro de la teosofía católica, surge la moderna visión que intenta responder; “a la cuestión de cómo ser cristiano en un continente oprimido, y a preguntas como: ¿Cómo conseguir que la fe no sea alienante sino liberadora?”, es pues la Teoría de la Liberación o Comunidades Cristianas de Base impulsadas principalmente por: Gustavo Gutiérrez Merino, Leonardo Boff, Jon Sobrino entre otros más. A esta acción teosófica moderna por ejemplo, la derecha encabezada por Enrique Krauze la definió con motivo de la aparición mexicana de las comunidades de base en Chiapas en el año 1984, así en su Revista Letras Libres 

IV. Regreso a la Iglesia primitiva

El Catecismo del Éxodo terminaba con una exitativa que recuerda no a la Biblia sino a Lenin: “Qué hacer?” En 1974, con ocasión del quinto centenario del natalicio de Bartolomé de las Casas, el gobierno estatal puso el escenario para la acción: convocó a un Congreso Nacional Indígena y pidió el apoyo de la diócesis. Samuel Ruiz lo dio con resultados sorprendentes. Con meses de anticipación, seis representantes de la diócesis visitaron innumerables comunidades. “El movimiento catequista –recuerda Jesús Morales, activista civil, dirigente y más tarde cronista del Congreso– posibilitó la apertura y la receptividad”. Hubo 1,400 delegados de más de 500 comunidades. Las sesiones se llevaron a cabo en las cuatro lenguas indígenas que se comunicaban gracias a la eficaz labor de un grupo de traductores. Era la primera vez que las comunidades, siempre aisladas, tenían contacto entre sí. Morales escuchó que un viejo lloraba porque en su vida “nunca le habían preguntado nada”. Se discutieron y tomaron acuerdos sobre cuatro temas: tierras, salud, educación y comercio. Alguien vinculó al congreso con la labor catequética previa de la Iglesia y lo llamó “hijo de la Palabra de Dios”.30 El Congreso tuvo seguimiento en asambleas itinerantes y viajes de solidaridad por el país y el extranjero. Se editó un periódico y se compuso un himno en aquellas lenguas: “en un solo corazón todos caminamos, en un solo corazón todos construimos nuestra liberación”.31

Por todo ello debemos decirle al Sr. Enrique Krauze, por que continuar alimentando el encono y la diatriba, encubiertas con remembranzas historicistas, dice usted “A la postre, la democracia saldrá fortalecida. Y nadie, o casi nadie, recordará a la CNTE como ahora recordamos a Othón Salazar”, además cita usted muy comedidamente al Profesor Othón Salazar, ¿será usted honesto? y digno de crédito, permítame ponerle en duda ya que no hay una a columna en el tiempo que lleva usted colaborando en el Periódico Reforma en la cual usted a donde tienda un puente de entendimiento frente a quienes protestan. Denota en sus escritos que es usted garante de una verdad decimonónica. Reflexione muchos Mexicanos en el futuro no sabrá tampoco quien fue Enrique Krauze.

Bastará pues con hallar el marco adecuado y, de ese modo, los hallazgos más extraordinarios pasarán a formar parte de nuestro devenir cotidiano. Herramientas que reformulen sus circunstancias personales, permitiéndoles alcanzar estados de satisfacción que nunca imaginaron. Compartimos la creencia de que es posible
lograr mucho más de lo que generalmente pensamos. Acabemos con el encono y la confrontación abiertas de el pasado resiente de 1988.

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