miércoles, 28 de noviembre de 2012

CIFRAS DEL SEXENIO DEL TERROR: PRIANATO FIN DEL PAN , AHORA EL PRI


No dejes de leer en esta entrada:
AGENDA CIUDADANA / Un final que se escribió al inicio
Lorenzo Meyer
Y
Colaborador Invitado / Alan Riding: 
La seguridad es primero en México

203 mil 690 homicidios dolosos y culposos en el calderonato
- 125 mil 090 homicidios dolosos y culposos clasificados por el Gobierno Federal como “Sin Datos” y “Otros” - 125 mil 090 cuerpos de mexicanos, equivalen a 625 mil litros de sangre. Una autentica catarata de sangre en la que SUMIO Felipe Calderon y su gabinete de seguridad ala nación. 
- BC: Quinto lugar nacional, con 4 mil 519
- Centro Nacional de Información: “Más víctimas que averiguaciones previas”
- CNDH: 111 muertes de civiles en 2010, 43 en 2011 y 25 en 2012
PRESENTACION DEL LIBRO "MEXICO EN LLAMAS"
VIDEO EN 4 PARTES (ARRANQUE AUTOMATICO DESPUES DE VER EL PRIMERO

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BALANCE DEL SEXENIO DEL TERROR
Trocar el nombre de los hechos cuando no se puede transformar la realidad. Práctica común y por demás aceptada por la población, durante estos doce años de panismo gubernamental contando con el colaboracionismo priista y perredista. Hacia el final del sexenio la terca realidad da muestras claras sobre la falta de resultados, se ha dado paso a la exhibición de todo tipo de carencias,  atrás quedaron las promesas realizadas en la campaña, "creación de empleos, caja de cristal en el manejo de los dineros públicos, reducción de impuestos bla, bla, bla, tandas de mentiras publicitarias, en nada se convirtieron para solucionar los verdaderos problemas del país.
El legado de pobreza, precarización laboral, bajo crecimiento económico, corrupción y violencia marcan a una administración que decepciono hasta los que lo impusieron; la clase empresarial. Baste recordar los enfrentamientos en el terreno de las telecomunicaciones: pleito entre televisa-tv azteca y Mvs, así como los dos primeros en contra de Carlos Slim. Nunca logró definir y aplicar una estrategia  en materia económica, política y social.
Todo un fracaso a pesar de contar con recursos extraordinarios, principalmente por el elevado precio del petróleo, el sexenio que esta por concluir ha debido remar a contracorriente sobre todo derivado de sus propios errores.
El primero y terrible lastre durante todo el sexenio fue el dar prioridad a una guerra en contra del narcotráfico, por instrucciones y a conveniencia del gobierno norteamericano dejando a un lado la preparación y aplicación de una política económica y social que permitiera resolver o mínimamente sentar las bases reales para solucionar el problema delincuencial en nuestro país. La crisis económica propiciada por el mercado inmobiliario norteamericano en 2009, ha servido de “paraguas justificatório” al calderonato y la derecha cavernaria empresarial, para saquear al país repartiéndose entre ellos el patrimonio nacional , léase empresas públicas, a manos de una camarilla de secuaces quienes lograron “legalizarlo” pero les fue imposible su legitimación.
 Al minimizar la magnitud de los problemas económicos que su predecesor y el mismo han generado en detrimento de la nación, ya que la deuda externa pública en diciembre de 2006 era de 54,766 millones de dólares, al mes de febrero de 2012 la deuda se ubico en 119,654 millones de dólares, lo que implica que en el sexenio de Felipe Calderón ésta aumentó en un explosivo 118.5%. Claro lo anterior con la participación y anuencia del PRI y el PRD.
Po ello al privilegiar el combate contra el “crimen organizado” externo al las élites del poder político, enraizado en la estructura de la administración pública, el gobierno que se va selló su destino, candil de la calle obscuridad de la casa, que deja un legado macabro de muerte y terror el todo el país,  83 mil 191 asesinatos relacionados con el crimen organizado. Esta es la cifra que, de acuerdo con el reportaje publicado por el Semanario Zeta, ha dejado Administración de Calderón en el periodo que va del 1 de diciembre de 2006 al 31 de octubre de 2012. Reportaje completo del semanario Z La contracción económica jodió, una vez mas, a la sociedad mexicana, condenándola a una precarización no vista desde 1995. Si bien el país logró crecer a partir de 2010, ello no necesariamente ha llegado al bolsillo de la población, los bajos salarios se han hecho parte de la lógica con la que se maneja la política monetaria y la propia empresa. Cualquier planteamiento que esboce al alza de los salarios como mecanismo para impulsar el mercado interno inmediatamente choca con los argumentos de aquellos que temen a la inflación y no a la pobreza.
Fue desesperante observar como los estrategas de la política económica son insensibles ante la marginación en la que viven más de 50 millones de mexicanos pobres. Al equivocarse en diagnosticar y actuar para atenuar la crisis de 2008 se auto condenó el gobierno saliente al desastre: el resto de su gestión se avocó a la administración de los daños. Sin embargo al perder el rumbo económico y social también se limitó el manejo político. El sexenio comenzó con una enorme debilidad, producto de una elección fraudulenta y seriamente cuestionada por amplios segmentos de la sociedad. La ilegitimidad de Calderón terminó de minar su gestión, jamás logro contar con una base social, la elección de 2009 acabó por señalar que su gestión no era bien evaluada por la ciudadanía y que por el contrario el peso electoral comenzaba a respaldar a la oposición. Las elecciones estatales y municipales terminaron por consolidar dicha tendencia y al final del día le restaron cualquier posibilidad de contar con el poder negociación al presidente espurio, pero legal.
En su desastroso camino de la guerra contra el crimen organizado también tuvo un acto genocida la administración pública del calderonato, personas inocentes fueron alcanzadas por la violencia quien puede creer que los 71 mil muerto son todos delincuentes, en que subnormal se puede anidar despropósito tan enorme.
Es una afirmación que la estabilidad del castillo de naipes, del modelo económico implantado en nuestro país, depende de EU, mientras su economía funciona la actividad productiva mexicana también lo hace, el problema es que el moreno Obama no ha dado pié con bola y la resecion en EU, nos da “neumonía” recurrentemente. En los próximos meses la desaceleración volverá a exacerbar los desequilibrios nacionales, por lo que la herencia para el siguiente gobierno le obligará a realizar redefiniciones esenciales.
PROGRAMA TEMAS LEMAS Y DILEMAS 
CANAL PATRIO
28 de noviembre de 2012
Oscar Leslee Figueroa y David Miranda Pérez
¿Cuál es el problema a resolver: pobreza, crecimiento, violencia, corrupción, restauración del débil estado de derecho, respeto al pacto social de 1917, por mencionar algunos de los más relevantes? .

CORTE MUSICAL DE TEMAS LEMAS Y DILEMAS 
EUGENIA LEON 
LA PALOMA 

QUE HABLEN LOS DATOS 
El presente sexenio concluirá con un déficit de 3.5 millones de empleos y un repunte de 2.8 millones de trabajadores en el sector informal de la economía.
La promesa de campaña de Felipe Calderón de generar un millón de empleos por año quedó lejos de cumplirse. En cambio, su gestión estuvo marcada por una mayor precariedad laboral.
Según datos oficiales, el empleo informal pasó de 11.4 a 14.2 millones entre el último trimestre de 2006 y el tercero de 2012.
Esta cifra contrasta con el avance del empleo formal, que aumentó en 2.1 millones de puestos de trabajo, ya que pasó de 13.9 a 15.9 millones de plazas adscritas al IMSS.
Entre las principales causas se identifica la insuficiente ejecución de políticas públicas, que afectaron la cantidad y calidad de empleos durante este sexenio.
La crisis global de 2009 tuvo como expresión en nuestro país en el mercado laboral, el crecimiento de la ocupación, en el sector informal".  El empleo formal también creció y tocó las 16 millones de personas este año, pero el empleo informal avanzó a mayor velocidad. Además, más de 2.5 millones de personas no hallan empleo en ninguno de estos dos sectores, 75% de ellos con estudios superiores a secundaria.
"También se ha visto un fuerte deterioro del poder de compra del salario, ante el descenso en las plazas laborales, y el empleo se precarizó al reducirse los salarios".
SIN PRESTACIONES

El empleo sin prestaciones sociales, como lo es el acceso a las instituciones de salud, va en aumento.
El empleo informal registró un crecimiento en el último sexenio. "También creció el empleo formal, pero el poco productivo, caracterizado por bajos niveles de capacitación, productividad y salarios".
El crecimiento de la economía se explica por los factores de la producción, entre ellos la del empleo; "es por eso que el crecimiento en México es mediocre". En consecuencia, la creación de empleos formales ha sido insuficiente.
"La economía debería ser capaz de generar más de un millón de empleos formales por año".
El problema estructural en la generación de empleos no es privativo del actual sexenio, sino un problema que data de los últimos 30 años. Para reducir el déficit de empleos que hay en México es necesario impulsar el crecimiento y la creación de empresas.
"Calderón no encontró una política laboral, económica y fiscal, para ello; tampoco resolvió la contención de la inflación, vía salarios, que ha sido ejecutada en los últimos 20 años".
Se pudo aplicar una estructura pública eficiente, con menor gasto corriente y más en infraestructura, pero por el contrario, aumentaron impuestos: se elevó el IVA y el ISR y se implementaron el IDE y el IETU; estas últimas dos no ayudaron a crear empresas.
Para generar más plazas formales se necesitan más patrones, pero hoy hay menos que antes de la crisis de 2009.
Según los especialistas la presente gestión sí le es atribuible la precarización del empleo. "Se exacerbó el aumento de la informalidad, la falta de empleo con prestaciones de seguridad social y con contrato".
Como consecuencia de estas políticas está la creación de empleos en condiciones más precarias.
La población ocupada que laboró en condiciones críticas volvió a incrementarse, después de haberse moderado en 2007 y 2008.
Datos del Inegi muestran que 4 de cada 10 empleados en México no tienen prestaciones sociales y 64.6% de los trabajadores no cuentan con acceso a las instituciones de salud. "El deterioro de las condiciones laborales, se ha traducido en un repunte de la pobreza, a pesar de que se crearon empleos".
MEXICO LINDO Y QUERIDO 
4 TENORES MEXICANOS
AGENDA CIUDADANA / Un final que se escribió al inicio
Lorenzo Meyer
'HAIGA SIDO COMO HAIGA SIDO'
El final del sexenio de Felipe Calderón se escribió desde 2006. Al decidir él y el PAN alcanzar el triunfo en la elección presidencial de ese año a como diera lugar, también y a querer que no, optaron por imponer la naturaleza de los medios sobre la de sus supuestos fines. El resultado es lo que hoy tenemos: el retorno del PRI, una guerra inconclusa contra un narcotráfico fortalecido en la lógica de que si el Estado no gana, pierde, y una gran duda ciudadana sobre la naturaleza misma del sistema político.
·PUNTADA FINAL
La decisión de Calderón de concluir su sexenio mandando al Congreso una iniciativa sin futuro: cambiar el nombre oficial de nuestro país -ya no más Estados Unidos Mexicanos, simplemente México- puede interpretarse como una admisión implícita de derrota: como tras seis años de ejercicio del poder la realidad del país no cambió para bien, entonces, al menos, habría que terminar cambiándole de nombre al país. ¡Vaya final!
·LISTA TENTATIVA
Imposible saber cómo irá registrando la memoria histórica la herencia del último sexenio y del periodo panista en su conjunto. Sin embargo, aún sin el sosiego que supuestamente trae consigo el paso del tiempo, una perspectiva crítica puede listar los principales elementos para un primer juicio.
·LA DESTRUCCIÓN DEL JUEGO LIMPIO
Desde el punto de vista de la formación de la cultura política, el mayor agravio que infligieron Vicente Fox y Felipe Calderón a México es haber echado por la borda una oportunidad única para implantar entre nosotros y por primera vez los principios del juego limpio electoral, base indispensable e insustituible en el ejercicio de la democracia.
Ernesto Zedillo debe de ser juzgado con toda severidad por el Fobaproa, es decir, por la enorme deuda pública que nos heredó como producto de la irresponsabilidad y corrupción de la elite financiera en contubernio con la clase política. Sin embargo, en su haber se tiene que anotar que, al menos, fue el primer y único Presidente priista que frente a una oposición electoral fuerte no intentó echar mano de las trampas, del juego sucio propio del priismo tradicional, para imponerse una vez más sobre la voluntad ciudadana manifestada en las urnas tal y como había ocurrido en 1929, 1940, 1946, 1952 y 1988. Zedillo no cayó en la tentación de usar del "haiga de ser como haiga de ser" para no entregar el poder a Fox. En contraste, Fox y Calderón prefirieron que México perdiera la oportunidad histórica de permitir que fraguaran bien los primeros cimientos de una nueva cultura electoral que tuviera como centro el respeto a las formas y, sobre todo, del fondo de lo que significa permitir y acatar la voluntad de las urnas. Los dos líderes panistas hicieron todo lo posible por imponer su solución personal y partidista y para ello usaron desde el desafuero del candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, por un motivo absolutamente baladí, pasando por la creación de una atmósfera de miedo irracional contra la izquierda -el "peligro para México"-, negarse al recuento del "voto por voto, casilla por casilla" -algo que sí se hizo entonces y sin problemas en otros países como Costa Rica y justamente por la misma razón que en México: por lo cerrado de la diferencia de votos entre los punteros- hasta cerrar con la torcida decisión del TEPJF que si bien aceptó la existencia de intervenciones ilegales en la campaña a favor de Calderón (las de Fox o del CCE), no se atrevió a derivar de ello consecuencia alguna.
La negativa a permitir una alternancia que favoreciera a una izquierda con raíces cardenistas -el enemigo original del PAN desde 1939-, más el gusto por los privilegios y ventajas que da el ejercicio del poder, llevaron a que el panismo dejara pasar la oportunidad única de arraigar en México la credibilidad de los procesos electorales. Y las consecuencias de ello se perciben claramente hoy en los resultados de la última Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Practicas Ciudadanas (ENCUP, 2012) elaborada por la mismísima Secretaría de Gobernación. En esa encuesta, al preguntar a una muestra representativa de ciudadanos si consideraba que México vivía o no en democracia, el 34% respondió de manera afirmativa, pero un 31% lo negó y un 33% lo aceptó sólo parcialmente (www.encup.gob.mx). Así, tras 12 años de panismo, el 64% de los mexicanos siguen sin creer que en México se viva en una auténtica democracia.
·EL RETORNO DE LOS BRUJOS
El segundo hecho que destaca en el memorial de agravios que una parte de la sociedad mexicana ya ha elaborado contra los 12 años de gobiernos panistas es que Calderón termina su gobierno entregando la Presidencia al PRI, el partido autoritario que los panistas originales y sus sucesores a lo largo de medio siglo -hasta la época de las concertacesiones- consideraron inaceptable y un auténtico peligro para México por antidemocrático, corrupto, corporativista, estatista y demagógico. Si Fox, Calderón y el panismo hubieran estado a la altura de las circunstancias, el PRI sería hoy historia, pero como no lo estuvieron, el viejo partido creado por Plutarco Elías Calles es hoy el futuro. De nuevo, la responsabilidad histórica de Calderón en este retroceso es insoslayable.
·INSEGURIDAD
Además del retorno del pasado, el calderonismo dejó sin resolver el problema de la impotencia del Estado para enfrentar con eficacia a los cárteles del narcotráfico. El problema viene de lejos, pero al hacer de la lucha armada contra las organizaciones de narcotraficantes el centro del proyecto para ganar la legitimidad que no obtuvo en la elección y fracasar, el resultado no es simplemente un seguir como estábamos sino un retroceso, pues tras seis años de lucha los cárteles ya le tomaron la medida al "monopolio de la violencia legítima" del Estado y encontraron que podían sobrevivir al embate de policías, Armada, Ejército y asesores norteamericanos. Está por verse si el próximo gobierno puede recobrar el terreno perdido, avanzar y a qué precio.
·LA CORRUPCIÓN
Mientras el PAN y los panistas no tuvieron que pasar la prueba de la responsabilidad del poder, pudieron ser tomados por gente honrada y decente con autoridad para señalar la corrupción del PRI. Hoy eso ya no es posible. Y aquí volvemos a los datos de la última ENCUP, según los cuales y en una escala de cero a cinco, donde este último representa la corrupción total y el primero su ausencia total, los mexicanos le damos al país un 4.54, es decir, lo consideramos al borde de la corrupción total. Por otra parte, y de cara al futuro, el 56% de los encuestados considera que acabar con la corrupción es poco o nada probable y un 91% supone que los gobernantes cumplen poco o nada con la ley. Los índices publicados por Transparencia Internacional coinciden con esta percepción e incluso muestran que, entre 2007 y 2011, la percepción negativa ha aumentado (www.transparency.org).
·LA ECONOMÍA
Es frecuente oír que, después de todo, Calderón y los suyos manejaron bien la economía. La inflación no es muy alta -4.2% en promedio- y el crecimiento es modesto pero The Economist predice un brillante futuro para México como exportador. Sin embargo, y por lo que al sexenio se refiere, el hecho innegable es que pese a los históricos ingresos por exportaciones de petróleo, el crecimiento promedio real entre 2006 y 2012 resultó ser de apenas un magro 0.4% (Enrique Quintana, Enfoque, 25 de noviembre). En contraste, entre 1935 y 1982, la época del viejo modelo económico, ese crecimiento real fue, en promedio, del 3.17% (José Luis Calva, El Universal, 17 de junio, 2005). En definitiva, la economía no respondió bien a un panismo neoliberal, pero que toleró a todos los monopolios que heredó del PRI.
·EN SUMA
Desde la óptica empleada aquí, el calderonismo puede verse como un caso en que mal acaba quien mal inicia.
www.lorenzomeyer.com.mx
Colaborador Invitado / Alan Riding: 
La seguridad es primero en México
(29 noviembre 2012).- CIUDAD DE MÉXICO.- El Presidente saliente de México, Felipe Calderón, nunca fue muy querido. Su elección en el 2006 se vio eclipsada por acusaciones de fraude por parte de su oponente izquierdista.
Después, Calderón batalló con una profunda recesión provocada por la crisis económica global. Y durante todo su periodo, apoyó una "guerra contra el narco" encabezada por el Ejército que ha dejado un índice de muertos diversamente estimado entre 65 mil y 100 mil decesos.
No es de sorprenderse que la mayoría de los mexicanos está ansiosa por verlo dejar el cargo el sábado.
Sin embargo, tampoco hay mucho entusiasmo sobre lo que viene a continuación. El Presidente entrante, Enrique Peña Nieto, un ex Gobernador con una imagen de niño bonito, representa la restauración del Partido Revolucionario Institucional que gobernó al País de 1929 al 2000 mediante una mezcla de represión, corrupción, cooptación y elecciones amañadas.
La novedad es que Peña Nieto fue elegido limpiamente, aunque con sólo el 38 por ciento de los sufragios en una contienda entre tres candidatos.
La realidad es que los mexicanos votaron menos a favor del candidato del PRI que en contra del aspirante del Partido de la Revolución Democrática y de la candidata del partido conservador de Calderón, Acción Nacional.
Una buena cantidad de personas en la derecha e izquierda teme que los instintos autoritarios del PRI no tarden en resurgir. Peña Nieto, de 46 años, insiste que su partido ha acogido las nuevas reglas del juego.
Tiene algunas cuantas cosas a su favor. La economía del País está creciendo nuevamente, con la combinación de un desempleo a la baja en casa y menos empleos en Estados Unidos provocando una disminución dramática en la inmigración ilegal al norte.
Y gracias al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en lugar de exportar personas, México es ahora un importante exportador de autos, televisiones, partes de aeronaves y otros productos manufacturados.
Peña Nieto también podría poder gobernar mejor que Calderón o su predecesor panista, Vicente Fox, cuyos esfuerzos reformistas fueron invariablemente bloqueados por el PRI y el PRD en el Congreso.
El PAN no sólo está apoyando el plan del nuevo Gobierno de abrir el debilitado monopolio petrolero, Pemex, al capital privado, sino que el servilismo tradicional del PRI ante su líder debe también fortalecer la mano de Peña Nieto al negociar con otras centrales de poder.
Hay mucho por hacer. La corrupción, durante mucho tiempo asociada con el régimen del PRI, no se ha aplacado en los últimos 12 años. La reforma fiscal es urgentemente necesaria: México tiene el nivel más bajo de recaudación fiscal en relación con el PIB de cualquier miembro de la OCDE.
Los monopolios florecen, en particular el imperio de las telecomunicaciones controlado por Carlos Slim, el hombre más rico del mundo.
Los sindicatos laborales, durante muchos años aliados con el PRI, también son más independientes hoy en día. El líder de los trabajadores de Pemex, Carlos Romero Deschamps, esperará grandes beneficios para sus miembros a cambio de una reforma energética.
Elba Esther Gordillo, presidenta del sindicato de maestros desde 1989 (y recientemente reelecta de manera unánime hasta el 2018), sigue siendo el principal obstáculo para una modernización muy necesaria de la educación.
No obstante, el mayor dolor de cabeza heredado por Peña Nieto es "la guerra contra el narco". Calderón asevera que un número considerable de los principales capos ha sido abatido o arrestado; también argumenta que la mayoría de las decenas de miles de muertos ha sido víctima de una guerra territorial por separado que está siendo librada por cárteles rivales.
Sin embargo, aún entre señales de que la violencia podría haber alcanzado su punto máximo, el apoyo doméstico a su estrategia se evaporó desde hace mucho.
Hoy en día, los mexicanos libran una batalla estadounidense en suelo mexicano. Calderón estimó que los cárteles de México perciben 20 mil millones de dólares al año de los consumidores de drogas estadounidenses, más que suficiente para adquirir armamento sofisticado al norte de la frontera.
Y después de que los electores en los estados de Colorado y Washington aprobaron el uso recreativo de la mariguana, este mes, resulta difícil explicar por qué los mexicanos deben morir para evitar que el enervante sea introducido ilegalmente al vecino país del norte.
Como candidato, Peña Nieto expresó alarma respecto al precio que México está pagando por la guerra contra el narco y señaló que él podría reducir la violencia, pero no ha detallado cómo.
(En su reunión en Washington, el martes, Peña Nieto y el Presidente Barack Obama prometieron una cooperación más estrecha en cuestiones de seguridad, pero aún no está en claro qué significa eso precisamente).
Una explicación favorita para el aumento de la violencia desde que el PRI dejó la Presidencia hace 12 años es que los líderes del partido estaban en contubernio con los cárteles de la droga y que, de forma bastante innecesaria, Calderón incitó al conflicto. En respuesta, los asesores de Peña Nieto han descartado cualquier noción de un trato con los capos de la droga y han prometido equipar y expandir a la Policía Federal para que libre una guerra más eficaz.
Un enfoque más prudente podría ser adoptar la política preferida por los otros dos países involucrados en el negocio más rentable del tráfico de drogas. Ni Colombia, uno de los principales productores de cocaína, ni Estados Unidos, el principal consumidor de cocaína, están siendo destruidos por la violencia relacionada con el narco. Ambos han aprendido a coexistir con el problema, ambos han optado por la contención y ambos han dejado que México sea el que libre la guerra.
La prioridad de Peña Nieto es hacer que México sea un lugar más seguro -para sus ciudadanos, para los turistas y para las empresas- y esto podría ser posible únicamente al reconocer que el narcotráfico continuará siempre que exista un mercado lucrativo en el país vecino. Por supuesto, si la guerra desaparece discretamente de los titulares en los próximos meses, esto no significará que los cárteles han sido derrotados. Simplemente significará que el nuevo Gobierno ha puesto los intereses de México por encima de los de Estados Unidos.
El autor, un ex corresponsal para The New York 


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