Seguro de desempleo una historia más
de saqueo a los trabajadores.
Los
diputados y senadores aprobaron El Régimen de Pensión Universal. Con el perpetraron
un nuevo golpe a los bolsillos de los trabajadores, ante esto se impone tratar
el Tema de forma puntual; de los 118
millones 896 mil 009 mexicanos, según datos oficiales, 88 millones 326 mil 076
están en edad de trabajar, siendo este concepto estar en la edad de 14 años en
adelante.
Los
informes del INEGI indican que existen 52 millones 675 mil 784 personas que se encuentran en lo que se
conoce como: Población Económica Activa
PEA y 35 millones 650 mil 292 se encuentran en la Población Económica Inactiva PEI. Finalmente llegamos al meollo del
asunto, del total de la PEA se encuentran con ocupación es decir con trabajo
con prestaciones, como son las aportaciones al IMSS, INFONAVIT Y AFORE, 50
millones 243 mil 493 personas, adicionalmente 2 millones 432 mil 291 están desempleados.
Distribución
de la PEA:
DISTRIBUCIÓN
ECONÓMICA DE LA POBLACIÓN
Cuarto Trimestre 2013
Asalariados
|
33
millones 745 mil 691
|
Trabajadores
por Cuenta Propia
|
11
millones 105 mil 333
|
Empleadores
|
02
millones 239 mil 331
|
Sin
Pago y Otros
|
03
millones 099 mil 291
|
Desocupados
|
02
millones 432 mil 291
|
Total
|
52
millones 675 mil 784
|
Fuente STPS e INEGI
De
las cifras anteriores se deduce que el atraco, vía régimen de Pensión Universal,
impuesto como parte un ofrecimiento hecho por un candidato mediático y ya como
presidente errático, pero sobre todo en el contexto de una clase política
estúpida e insensible que en algún momento de nuestra historia se le hará el
juicio que permita resarcir y cobrar todas las ofensas. Tal desatino legal es
una medida rapas, que recae directamente en contra de los intereses económicos
de 33 millones 745 mil 691 trabajadores asalariados, ya que la propuesta de
aplicación es para:
-Todos
los mexicanos residentes en el país, mayores de 65 años y que además cumplan
con los puntos que siguen.
-Todos
los trabajadores que tengan un salario mensual igual o inferior a 15 salarios
mínimos; es decir:
a)
Zona A, quienes ganan hasta 29 mil 142 pesos mensuales.
b)
Zona B, quienes ganan hasta 27 mil 621 pesos como ingreso mensual.
Quienes
no reciban actualmente una pensión contributiva; se indica, quien no tengan pensión por retiro
derivada de sus contribuciones a algún esquema de seguridad social durante sus
años laborados.
Quienes
no se pensionen bajo un régimen de reparto del IMSS, ISSSTE o entidades
paraestatales, a partir de que se apruebe la ley respectiva que sustentará la
existencia de la pensión universal.
El
dilema que enfrentan los trabajadores es que no han sabido enfrentar de forma
alguna, las reformas al Articulo 23 Constitucional por la vía de la
modificación de la Ley Federal del Trabajo, para imponerles la Ley Patronal.
Menos aún al parecer harán que la Pensión Universal que descansa sobre sus
ahorros sea rechazada en los términos en que ha sido planteada. Esto lo decimos
por que en 30 años no han logrado defender sus ingresos.
“En
México, 6 millones 250 mil trabajadores sobreviven con un salario promedio de
65 pesos por día; casi 11 millones 700 mil mexicanos perciben hasta 130 pesos
diarios, 9 millones 900 mil trabajadores ganan salarios de hasta 190 pesos. Sin
embargo, hay 3.5 millones de personas que sólo perciben propinas, no tienen
salario fijo, esto se dice en el análisis del reporte 109 del Centro de
Análisis Multidisciplinario (CAM) del Instituto de Investigaciones Económicas
de la Universidad Nacional Autónoma de México, documenta que en el transcurso
de los pasados 30 años, la mayoría de los trabajadores ha bajado el consumo de
tortilla, pan blanco y leche, porque sus percepciones son insuficientes”.
En
1982 los trabajadores podían comprar si querían, 51 kilos de tortillas con un
salario mínimo, hoy solamente pueden adquirir cinco kilogramos, es decir, los
trabajadores mexicanos son cada vez más pobres, señala.
DISTRIBUCIÓN DEL
NÚMERO DE TRABAJADORES SEGÚN SU INGRESO EN SALARIOS MÍNIMOS Y SU RELACIÓN
PORCENTUAL A FEBRERO DE 2014.
Numero de Trabajadores
|
Numero
Salarios Mínimos
|
Porciento
|
Acumulado
|
6
millones 500 mil
|
Un
salario
|
18.52%
|
|
11
millones 500 mil
|
Hasta
dos salarios
|
34.67%
|
53.19%
|
9
millones 900 mil
|
Tres
o mas salarios
|
29.34%
|
82.53%
|
3
millones 500 mil
|
Solo
perciben propinas
|
10.37%
|
92.90%
|
31 millones 408 mil
|
TOTALES
|
92.90%
|
|
Fuente datos CAM
El 18.52%
de los trabajadores gana el salario mínimo SM; el 34.67% perciben hasta dos SM,
así los dos primeros segmentos 17 millones 950 mil trabajadores, representan el
53.19 % del total de los asalariados y el 10.37 no tienen percepciones, esta
distribución hace que los trabajadores de bajos ingresos que quieran ahorrar
para un seguro de desempleo, deberán cotizar un largo periodo para lograr
cubrir esta prestación.
Quien
gane un salario mínimo requiere cotizar durante 200 meses, para tener un seguro
de desempleo sin utilizar recursos del Fondo Solidario, lo cual equivale
a 16 años con 6 meses.
Para
aquellos trabajadores con ingresos mayores a dos salarios mínimos, el tiempo
que requieren para financiar este beneficio será de cuando menos 90 meses, lo
cual corresponde a 7.5 años, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda.
Los
cálculos, de la SHCP estiman que el seguro de desempleo beneficiará a 2.2
millones de trabajadores al año, de los cuales 91 por ciento gana menos de 5
salarios mínimos. Esta cifra esta totalmente descontextualizada ya que de la
cifras de la PEA existen 2 millones 432 mil 291 desocupados al cuarto trimestre
de 2013.
Con
la aprobación de la Ley del Seguro de Desempleo se determinó saquear el dinero
de los trabajadores ya que de la aportación de 5 por ciento que actualmente
hace el patrón a la subcuenta de vivienda, se divida en dos bolsas.
Un 2
por ciento se queda para la obtención de créditos hipotecarios y 3 por ciento
restante se va a una subcuenta mixta, que servirá para fondear el seguro de
desempleo. Que cachaza de ca…balleros
El
Gobierno pondrá 0.5 por ciento sobre el salario base de cotización en el
llamado Fondo Solidario, que se aportará sólo cuando sea insuficiente lo
acumulado en la subcuenta mixta del trabajador.
Afirmamos
como trabajadores, que este “seguro” no es un beneficio para los trabajadores
debido a que se está financiando con sus propios recursos y no con recursos del
Estado como se hace en otros países, lo que va a generar es una de
pauperización futura, porque si se usa ahora el seguro de desempleo, en el
futuro, el trabajador no tendrán con qué comprar una cas o el ahorro se verá
mermado.
16
millones de personas son las que tienen seguridad social y tienen trabajos
formales, sin embargo, cerca de 33 millones están en la informalidad y no
tendrán acceso al Seguro de Desempleo.
De
acuerdo con la Ley aprobada en la Cámara de Diputados para que los trabajadores
por tiempo indeterminado puedan acceder al seguro de desempleo, se requiere
contar con por lo menos 104 cotizaciones semanales en un periodo no mayor a
treinta y seis meses.
Haber
permanecido desempleado al menos cuarenta y cinco días naturales consecutivos;
y no percibir otros ingresos económicos por concepto de jubilación o pensión.
¿EL
DINERO DE DONDE SALIO?
Para
financiar el nuevo Seguro de Desempleo, con la reforma que aprobó el Congreso
de la Unión, se hará mediante la reestructuración de las subcuentas de ahorro de
los trabajadores, esto sin crear una ley específica que regule ese cambio, lo
que resulta aún peor pues ya sabemos que en “las letras pequeñas esta el
diablo”. Esto es sumamente grave ya que por ejemplo en caso desocupación, el
trabajador ya no dispondrá recursos de la subcuenta para el retiro, como
establecen las leyes del IMSS e ISSSTE hasta ahora.
En
su lugar se utilizará la nueva subcuenta mixta, financiada con tres puntos del
Salario Base de Cotización (SBC) que se quitan la subcuenta de vivienda, para
dejar esta última con 2 puntos porcentuales.
Adicional
a la nueva subcuenta mixta, el Seguro de Desempleo recibirá financiamiento por
parte del Gobierno federal, que aportará el 0.5 por ciento del SBC a un fondo
solidario para garantizar un beneficio de un salario mínimo hasta por 6 meses a
los trabajadores que se queden sin empleo.
A la
hora del pago de la nueva prestación se utilizarán, en primer lugar, los
recursos de la subcuenta mixta del trabajador.
En
caso de que el saldo disponible en dicha cuenta no alcance para cubrir al menos
el pago de un salario mínimo al mes, se cubrirá con los recursos del fondo
solidario.
Si
en algún momento el saldo de ese fondo tampoco alcance, el Gobierno federal
cubrirá lo que haga falta.
El
fondo solidario también serviría para las personas que se quedan sin trabajo y
no tienen recursos suficientes para financiar con cargo a su propia subcuenta
mixta su seguro de desempleo.
Con
la reforma constitucional a los artículos 123, 4 y 73 aprobada por los
diputados el 24 de octubre pasado, se dio origen a derechos sociales como la
pensión universal y el seguro de desempleo.
Pero
el monto de la pensión universal fijado en 580 pesos ni siquiera llega la medio
salario mínimo y el financiamiento del seguro de desempleo disminuye de 5 a 2
por ciento del SBC la subcuenta de vivienda.
Con
tanto desacuerdo, deberían tomar más tiempo para analizar el esquema. El
financiamiento del seguro debe ser tripartito, sin afectar las aportaciones de
vivienda.
Una
consultoría especializada en finanzas públicas, hace énfasis sobre en que la
manera en la que se planea financiar el seguro de desempleo, no es la más
adecuada, pues en algunos casos podría generarse un daño en las aportaciones de
largo plazo de los trabajadores.
"El
problema es que se pensó primero en el programa antes de pensar de dónde iban a
salir los recursos".
SIN CRECIMIENTO ESTO
SE PONE PEOR
La
pensión universal se convertirá en un problema si la economía no crece a tasas
de al menos 4 por ciento de forma sostenida, eso no lo decimos únicamente los
propios trabajadores, en esto coincidieron expertos en pensiones, veamos:
"La
pensión universal es una carga más y si la situación económica no mejora, el
Gobierno tendrá que allegarse de más recursos de los contribuyentes y podría
endurecer las medidas de recaudación en 4 o 5 años", advirtió Raymundo
Tenorio Aguilar, director de las carreras de Economía de la Escuela de Negocios
del Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe.
Expuso
que la creación de la reforma universal se da en un momento en el que la
economía no crece mucho por lo que el Gobierno tendrá que endeudarse para
fondearla.
"La
economía necesita crecer a tasa anuales de 4 por ciento para que no se
convierta en un problema que le quite ahorro a la economía", señaló.
Por
su parte, Álvaro Vargas, académico de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC),
alertó que la pensión universal se está creando con la expectativa del
crecimiento que generarán las reformas estructurales.
Sin
embargo, aún no quedan claros los modelos para ejecutarlas.
"El
Gobierno le juega mucho a las reformas estructurales que permitan generar
recursos para fondear", agregó el académico.
"Para
que la política económica funcione, todos sus agentes deben funcionar
correctamente", subrayó.
La
pensión universal será de mil 92 pesos mensuales y se ajustará cada año
conforme a la inflación. Podrán solicitarla las personas que cumplan 65 años y
carezcan de otra cobertura de seguridad social.
Los
legisladores tienen previsto un periodo de transición para que la actual
pensión que otorga el Gobierno federal, a través del Programa de Pensión para
Adultos Mayores, se incremente hasta igualar el valor de la Pensión Universal.
Los
diputados aprobaron que los gastos de administración y operación correspondientes
sean cubiertos por la Federación, por lo que también deberán preverse en el
Presupuesto de Egresos.
Se
prevé que en un primer periodo, la implementación de la pensión universal quede
a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social, para su posterior transferencia
al Instituto Mexicano del Seguro Social.
Finalmente,
para su financiamiento el Gobierno debe constituir un fideicomiso en el Banco
de México irrevocable, sin estructura orgánica, atendiendo los estudios
actuariales y demográficos elaborados conforme al Reglamento de la Ley de la
Pensión Universal.
Aunque
este año los tecnócratas esperan que México registre una recuperación en la
economía de 3.2 por ciento, pero hay dudas sobre la implementación de las
reformas estructurales que se aprobaron el año pasado, aseguró Yves Zlotowski,
economista en jefe de Coface.
Durante
la conferencia sobre Riesgo País Coface México, Zlotowski señaló que el País ha
logrado un cambio de imagen por la aprobación de reformas como la energética y
hacendaria, sin embargo, hay expectativas sobre los resultados que tendrán.
"Con
este paquete de reformas hay un avance, pero hay muchas preguntas con la
implementación", afirmó durante su participación.
Añadió
que si bien, un crecimiento de 3.2 por ciento es positivo, aún es bajo para el
potencial que tiene México.
Zlotowski
afirmó que temas como la corrupción y el estado de derecho son áreas de
oportunidad para el País.
Acapara
sector Construcción siniestralidad y reclamos
De
acuerdo con Coface, firma de seguros de crédito para las empresas, el sector de
la construcción, a nivel infraestructura y materias primas propias para esta
industria, representó 54 por ciento de la siniestralidad el año pasado.
La
siniestralidad de una compañía de seguro de crédito es la relación que existe
entre los siniestros recibidos y la prima cobrada.
"La
mayor concentración de lo reclamos por retraso de pago o insolvencia se dio en
el sector de la construcción y de las materias primas utilizadas para este
mismo sector", señalo Coface.
Patricia
Krauze, economista para Latinoamérica de Coface, explicó que el año pasado hubo
una contracción en el sector construcción, sobre todo por la entrada en vigor
de nuevas reglas en vivienda.
Además
de que se enfrentaron complicaciones por a situación financiera de las principales
desarrolladoras de vivienda (Geo, Urbi y Homex).
Reprueba México en índice de pensiones
NEGOCIOS / Staff
Monterrey
México (08 octubre 2013)
El
sistema de pensiones de México fue incluido en el Índice Global de Pensiones de
Mercer por primera vez este año, al obtener una categoría "C" con un
puntaje de 50.1 de 100 puntos posibles, y ocupando el puesto número 15 de un
total de 20 países.
La
categoría "C" reúne elementos positivos, pero también presenta
grandes riesgos y deficiencias que deben ser abordados con el fin de garantizar
su eficacia y sustentabilidad a largo plazo, destacó la firma.
Lo
que resalta para México es que obtiene la más baja calificación del índice en
cuanto a integridad (46 vs 69.4); es decir, la regulación no promueve ni
establece incentivos legales y fiscales para complementar las pensiones a
través de planes privados y ahorro voluntario.
El
sistema de seguridad social con una pensión mínima y los planes privados
constituyen fortalezas; sin embargo, la integridad del sistema obtuvo un
puntaje bajo.
De
acuerdo con Enrique Marín, líder de retiro en Mercer para México y
Latinoamérica, el índice revela que el nivel de pensiones otorgado por la
seguridad social (adecuación) está por debajo del promedio (51.9 vs 61.2), lo
que indica que no será suficiente para cubrir las necesidades de jubilación.
En
el rubro de sustentabilidad, está prácticamente en el promedio (50.8 vs 51.9),
lo que significa que financieramente no se prevén situaciones de alto riesgo.
"De
eliminarse y limitarse la deducibilidad de las aportaciones a fondos de
pensiones y ahorro voluntario respectivamente, como lo define la propuesta de
reforma hacendaria, significará que México estaría alejándose todavía más de
las mejores prácticas del mundo, enfrentándose a mayores desafíos de tipo
social, y económicos en el corto, mediano y largo plazo", agregó el
directivo de Mercer.
A
nivel global, Dinamarca se convirtió en el primer país en obtener una Categoría
"A" en el 2012 y se ha mantenido en dicha posición durante 2013, a
pesar de que su puntaje general se redujo de 82.9 a 80.2.
El
sistema de pensiones bien financiado de Dinamarca con su elevado nivel de
activos y contribuciones, beneficios adecuados y con regulaciones
desarrolladas, son las principales razones por las que este país ocupa el
primer puesto.
Impulsarían aseguradoras con pensiones
Ernesto Sarabia
Cd.
de México México (24 octubre 2013)
Este
jueves se vota la reforma constitucional que daría origen a la pensión
universal y al seguro de desempleo, y los diputados debaten qué hacer con la
propuesta del Ejecutivo de que los trabajadores que incumplan con las semanas
cotizadas contraten rentas vitalicias con empresas aseguradoras.
Según
especialistas y la Ley del Seguro Social (LSS), en la actualidad cuando el
asegurado quede privado de trabajos remunerados a partir de los sesenta años de
edad y tiene reconocidas mil 250 semanas cotizadas tiene derecho a una pensión
de cesantía.
Al
cubrir esas condiciones podrá optar por alguna de las alternativas siguientes:
contratar con la institución de seguros de su elección una renta vitalicia y/o
mantener el saldo de su cuenta individual en una Afore y efectuar con cargo a
éste, retiros programados.
Otro
caso es cuando el asegurado cumple esos requisitos, pero el saldo de su Afore
es insuficiente para contratar una renta vitalicia o un retiro programado que
le asegure el disfrute de una pensión garantizada, en el que el Gobierno
federal otorga una pensión mínima garantizada de un salario mínimo del Distrito
Federal actualizada.
Si
el asegurado cumple el requisito de edad (65 años o más) y no reúne las mil 250
semanas de cotización, dice la ley actual, podrá retirar el saldo de su cuenta
individual en una sola exhibición o seguir cotizando hasta cubrir las semanas
necesarias para que opere su pensión.
En
este último supuesto la iniciativa del Ejecutivo federal busca incidir, al
proponer cambiar los artículos 154 y 162 de la LSS.
El
artículo 154 propone que el trabajador cesante que tenga 60 años o más y no
reúna las semanas de cotización, podrá disponer del saldo de su cuenta
individual para contratar con una institución de seguros una renta vitalicia o
mantener el saldo de su cuenta individual en una Afore y efectuar con cargo a
éste, retiros programados; o seguir cotizando hasta cubrir las semanas
necesarias para que opere su pensión.
El
artículo 162 de la iniciativa señala que en caso que el asegurado tenga 65 o
más (vejez) y no reúna las semanas de cotización, podrá disponer del saldo de
su cuenta individual para contratar con una institución de seguros una renta
vitalicia o mantener el saldo de su cuenta individual en una Afore y efectuar
con cargo a éste, retiros programados; o seguir cotizando hasta cubrir las
semanas necesarias para que opere su pensión.
Algo
similar se lee en la iniciativa, al planear reformar los artículos 84 y 89 de
la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del
Estado.
De
aprobarse las reformas, trabajadores como Pedro, quien tiene un saldo en su Afore
de 250 mil pesos, una edad de 60 años y no alcanzó a cotizar al IMSS mil 250
semanas, no podrá retirar su ahorro en una solo exhibición como se hace hoy
día.
Fernando
Mayans, presidente de la Comisión Seguridad Social del Senado, opinó que con
los cambios se busca favorecer el negocio las aseguradoras y ahorros fiscales
para el Gobierno federal porque no pagaría la pensión universal de inmediato al
trabajador de 65 años sin derecho a pensión mínima, sino hasta que a este
trabajador se le venciera su contrato de seguro de renta vitalicia o su retiro
programado en la Afore.
En
caso de prosperar la reforma, Mayans propuso, la conveniencia de que el
trabajador en este supuesto contrate su renta vitalicia con el IMSS o con el
ISSSTE, bajo ciertas consideraciones.
Una
de ellas es la experiencia por décadas del IMSS como institución de
administración de seguros y pensiones, y otra es para evitar una
"sangría" mayor a los ahorros de los trabajadores por contratar con
compañías de seguros privadas con precios de mercado.
México SA
Pensiones: hambre garantizada
El gobierno tiró la papa caliente
Los patrones se lavan las manos
Carlos
Fernández-Vega
Allá
por julio de 1997 el entonces inquilino de Los Pinos celebraba que las
modificaciones a la Ley del Seguro Social por él promovidas permitieron crear
un sistema de pensiones para el futuro, moderno, ágil, transparente y, sobre
todo, justo, de tal suerte que gracias a su creatividad se encontró la gran
solución social al México moderno de hoy. Por esas fechas entraron en operación
las llamadas administradoras de fondos para el retiro (Afore), las cuales
–llueva, truene o relampaguee– cobran a los trabajadores jugosas comisiones,
sin importar si hay pérdidas o ganancias para los ahorristas.
Tan
eficaz fue la gran solución social aportada por el gobierno de Ernesto Zedillo,
que a estas alturas hasta el propio Banco Mundial (uno de los impulsores de
este sistema de pensiones justo) reconoce que ante un importante sector laboral
informal y una alta movilidad entre éste y el formal, aún para aquellos que
cuentan con un registro en un programa contributivo, es probable que no
alcancen ni siquiera a obtener una pensión mínima garantizada debido a los
bajos niveles en la densidad de cotización.
De
hecho, apunta el Banco Mundial, México se encuentra entre los países de América
Latina con bajos índices de cobertura en su población de adultos mayores,
particularmente en pensiones para la jubilación y el retiro. A pesar de que ha
reformado sus principales programas de pensión sustituyéndolos por sistemas de
capitalización total, contribuciones definidas y cuentas individuales, estas
acciones respondieron más a las presiones fiscales que venían generando y a la
necesidad de fomentar el ahorro financiero, que a lograr una mayor cobertura.
En
su origen, anota el organismo financiero, los programas de retiro se plantearon
como esquemas de reparto y beneficios definidos, financiados en su mayoría
mediante aportaciones de los trabajadores, el gobierno y los patrones. Algunas
excepciones se encuentran en programas estatales o de universidades, pero “en
la medida que no se constituyeron las reservas necesarias (o las destinaron a
fines distintos, o de plano se las robaron), con el tiempo prácticamente todos
fueron requiriendo recursos fiscales generales para hacer frente a sus
compromisos con sus jubilados y pensionados. El costo fiscal es una de las
razones principales que ha provocado que durante las últimas dos décadas los
principales programas hayan sido reformados, sustituyéndolos en su mayoría por
esquemas de capitalización total, contribuciones definidas y cuentas
individuales –como el IMSS en 1995 y el Issste en 2007– aunque también se han
producido reformas sólo paramétricas en otros”.
Así,
el gobierno y los representantes populares simple y sencillamente se lavaron
las manos, dejaron desprotegidos a los trabajadores y crearon un gran negocio
privado para los dueños del dinero. Entre los esfuerzos más recientes se cuenta
el de la aprobación de una generosísima la Ley de la Pensión Universal, que
autoriza otorgar, a partir del primero de enero de 2015, una pensión muy por
debajo de la línea mínima (versión oficial) de bienestar: 580 pesotes para las
personas de 65 años y más (siempre y cuando no reciban otro tipo de pensión), quienes
deberán esperar tres lustros (hasta el 2030, si es que sobreviven) para que tal
pensión alcance los mil 98 bilimbiques. Pero como no alcanza para todos, se
estima que esta carretada de dinero sólo la recibiría 66 de cada cien mexicanos
de esa edad.
¿Y
cuál es el panorama mexicano? Pues bien, de acuerdo con el Banco Mundial el
95.1 por ciento de los adultos mayores de 65 años en el primer quintil (20 por
ciento de la población) que habita en zonas urbanas y el 87.2 en zonas rurales
no recibe ingresos. En el segundo quintil la principal fuente de ingresos son
las transferencias (incluyendo pensiones) que representan 45.7 por ciento de
los ingresos en la población urbana y 63.5 en la rural. En estos últimos, el
ingreso combinado tanto laboral como derivado de transferencias es la principal
fuente para los quintiles III, IV y V, con participaciones de entre 45 y 55 por
ciento.
En
la comparación en términos de orden de magnitud de estos ingresos, se observa
que para los primeros dos quintiles sus ingresos son menores a un salario
mínimo, mientras para el tercer quintil en esta situación se encuentra el 87.6
por ciento de la población urbana y 96.2 de la rural. Más de 90 por ciento de
la población en el cuarto quintil recibe un ingreso de entre uno y dos salarios
mínimos y sólo 48.1 por ciento de la población en zonas urbanas en el último
quintil reciben ingresos superiores a cinco mini salarios, mientras en las
zonas rurales este porcentaje es de 34.7.
Actualmente,
señala el Banco Mundial, el sistema mexicano de pensiones puede caracterizarse
de manera general por su dualidad y fragmentación. Dan cuenta de su dualidad la
existencia de un sistema de seguridad social contributivo con un paquete
definido de beneficios para los trabajadores del sector formal privado y del
sector público, que coexiste con un conjunto de servicios y beneficios
fragmentados no contributivos ofrecidos mediante diversos programas de
asistencia social a la población en pobreza, de bajos ingresos y en el sector
informal de la economía.
La
forma en la cual se fue conformando condujo a que al final se contara con un
sistema altamente fragmentado, enormemente heterogéneo en términos de
beneficios y nula portabilidad. Adicionalmente mostraba importantes
ineficiencias debido a que la falta de información adecuada sobre los distintos
programas y la carencia de una entidad que centralizara dicha información
impedía eliminar duplicidades en el pago de beneficios y la prestación de otros
servicios. Pero de manera más importante, los niveles de cobertura de la
población se mantuvieron bajos. En 2009, aproximadamente el 35 por ciento de la
población económicamente activa estaba afiliada a un programa público de
pensiones; el 6.6 recibía una pensión de alguno de estos programas y poco menos
del 6 recibía algún apoyo de pensión de los principales programas no
contributivos, por lo que poco más de la mitad de la población no se encontraba
cubierta.
Las
rebanadas del pastel
Y de
cereza, el Banco Mundial advierte que a estas alturas el aumento en el número
de cuentas registradas y administradas por las Afore son datos administrativos
que reflejan muy poco la situación de la cobertura efectiva en pensiones. Más
de la mitad de estas cuentas estén inactivas, provocando que muchos de sus
titulares ni siquiera tengan derecho a la pensión mínima garantizada, pero sí
al hambre.
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