TRES MITOS SOBRE LOS
SALARIOS DE LOS TRABAJADORES DE MÉXICO.-
A MANERA DE INTRODUCCIÓN
Desde el año de
1982 los distintos gobiernos neoliberales a través de sus medios de
"comunicación", se han encargado de crear y difundir mitos sobre los salarios de los trabajadores
mexicanos, con el objeto de justificar su política de contención salarial y
sobre todo para, desde su corta visión empresarial, pretender “explicar la
necesidad” de la brutal caída de los salarios de los trabajadores mexicanos.
Para expresar mejor este tema, es conveniente saber el significado del concepto
mito. La Real Academia de la Lengua española define el significado de la
palabra mito de la siguiente manera: “Persona o cosa a las que se atribuyen
cualidades o excelencias que no tienen, o bien una realidad de la que carecen.”
Asimismo, la
Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI), organismo cuyo objetivo
constitucional es “Contribuir a elevar el nivel de vida de los trabajadores y a
abatir los niveles de pobreza, para apoyar el logro de los objetivos del nuevo
modelo de crecimiento con calidad”, junto con la clase patronal le han
atribuido a los salarios de los trabajadores características que no tienen, con
el objeto de confundirlos y con ello consolidar la política de contención y
precarización de los salarios, aplicadas en México desde hace tres décadas.
El objeto de este
trabajo es demostrar, con cifras y datos oficiales, que las tres principales
hipótesis patronales-gubernamentales sobre los salarios mínimos y contractuales
son mitos, en virtud de que están totalmente alejados de la realidad, es decir sus argumentos
son absolutamente falsos. Además, para concluir este trabajo reproducimos un
comparativo salarial con países de América Latina, los cuáles demuestran que
México en esta región está entre los países con más bajo nivel salarial, por
debajo de Venezuela, Bolivia y Brasil, por ejemplo.
Como lo han
probado expertos en el tema salarial, como es el caso del Centro de Análisis Multidisciplinario de la
facultad de Economía de la UNAM (CAM de la UNAM), el sexenio de Felipe Calderón
Hinojosa, los salarios mínimos de los trabajadores sufrieron una pérdida en su
poder adquisitivo de 45 %, pérdida que rebasa a la sufrida en todo el sexenio
de Miguel de la Madrid y de Carlos Salinas de Gortari.
La grave caída del
poder adquisitivo delos salarios ha sido generada por varios aspectos: la
subordinación de algunos dirigentes sindicales a los distintos gobiernos
federales; la política de contención salarial de los Gobiernos Federales y
destacadamente, la labor inconstitucional de la CONASAMI, organismo que en franca
contradicción con su misión y visión que tiene por mandato Constitucional,
elevar el nivel de vida de los trabajadores y sus familias, ha contraído el
salario mínimo a su máxima expresión.
El salario mínimo
en México se encuentra plasmado jurídicamente en la constitución de 1917, en el
artículo 123 Fracción VI de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, que a la letra dice: “Los salarios mínimos que deberán disfrutar los
trabajadores serán generales o profesionales. Los primeros regirán en las áreas
geográficas que se determinen; los segundos aplicarán en ramas determinadas de
la actividad económica o en profesionales, oficios o trabajos especiales. Los
salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las
necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y
cultural, y para proveer la educación obligatoria de los hijos”. En realidad es
letra muerta.
Además de acuerdo
al artículo 94 de la Ley Federal del Trabajo, los salarios mínimos generales se
fijaran por una Comisión Nacional (CONASAMI), integrada por representantes del
sector patronal, de los trabajadores y del Gobierno. En base a ello la CONASAMI
durante varios lustros ha fijado micro aumentos a los salarios mínimos
generales, empobreciendo a la clase obrera mexicana. La respuesta de la clase
obrera y de los trabajadores en general no ha sido organizada, y esto ha traído
como consecuencia que los sindicatos no hayamos emprendido una política de
recuperación salarial que nos permita alcanzar los satisfactores establecidos
en la fracción VI del artículo 123 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.
Asimismo, para
controlar cualquier respuesta obrera, los patrones y el gobierno han emprendido
también una campaña de desinformación entre los obreros divulgando diversos
mitos para hacerles creer que no hay alternativas de lucha.
Los mitos sobre
los salarios de los trabajadores que ha difundido la clase patronal junto con
la CONASAMI son los siguientes:
1.-Casi
ningún trabajador gana el salario mínimo en México
2.-No
hay necesidad de aumentos “desmedidos” de los salarios, porque la inflación
está controlada
3.-Los
salarios de los trabajadores son inflacionarios
(Corte Musical La Letanía de los Poderosos)
Demostraremos con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), así como datos de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), complementando esto con los reportes del CAM de la UNAM, para demostrar que estos tres mitos están totalmente alejados de la realidad vivida por millones de trabajadores asalariados y sus familias. El gobierno federal, conjuntamente con sus voceros, no se miden en plantear argumentos fuera de la realidad y son capaces de difundir datos falsos y crear mitos, para mantener los privilegios de un puñado de multimillonarios que concentran la mayor parte de la riqueza de nuestro país y son quienes detentan el poder político en México, ejemplo de ello son Televisa o Televisión Azteca, los multimillonarios mexicanos de la lista de Forbes, así como las empresa trasnacionales españolas y norteamericanas que participan en la industria eléctrica y petrolera. Ellos son quienes realmente gobiernan en nuestra nación. A continuación analizaremos los mencionados mitos utilizados por la CONASAMI para justificar la política de empobrecimiento de los trabajadores mexicanos:
ACERCA DE LOS TRES MITOS.
MITO UNO:
“Casi ningún
trabajador gana el salario mínimo en México”.- De manera reiterada cuando la
Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI), está por fijar los salarios mínimos
generales, los representante de los empresarios plantean a los medios una serie
de mentiras. Por ejemplo el presidente de la comisión laboral de la
Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), Tomás Natividad, ha
declarado a los medios de difusión, que ya “casi nadie gana salario mínimo en
México”. Según este mito “los salarios mínimos no son significativos, ya que
sólo los recibe una pequeña porción de los trabajadores; que su función básica
es regular multas y costo de servicios públicos”. Otro integrante de la clase
política mexicana miembro del Partido Acción Nacional, Jorge Zermeño argumentó
recientemente lo siguiente: "Creo que el salario mínimo en México es un
referente, no es un salario que gane mucha gente; muchas empresas pagan
salarios muy por encima de lo que es el mínimo…”
La realidad es muy distinta
al país ficción que
nos dibujan estos voceros
neoliberales. Simplemente al analizar
los fundamentos que
proporciona el Instituto
Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), con datos oficiales reporta que un importante
número de trabajadores mexicanos
ganan hasta un salario mínimo diario. En
contradicción con las afirmaciones de los voceros patronales, de los más de los
más de 48 millones de trabajadores que componen a la población económicamente
ocupada, más de 6 millones ganan hasta un salario mínimo, tal y como lo podemos
apreciar en la siguiente gráfica, con datos al mes de Diciembre de 2012:
Como se puede observar en este cuadro, al cuarto trimestre de 2012, la
población ocupada a nivel nacional estaba compuesta por 48 millones 203 mil 851
trabajadores, de los cuáles 6 millones 349 mil 868 trabajadores mexicanos
ganan hasta un salario mínimo. En otras palabras aproximadamente el 13% de la
población económicamente ocupada de nuestro país gana hasta un salario mínimo
diario, por lo que demostramos con esta cifra que la afirmación de “que casi
nadie gana el salario mínimo” es falsa, por lo que constituyen un mito las
afirmaciones de la patronal y de la CONASAMI.
Ahora bien, ¿cómo podemos saber o medir, que tanto alcanza con el ingreso
de un salario mínimo, para que un trabajador y su familia satisfagan lo
necesario para subsistir? Una forma de conocer esto es a través de medir el
costo de una Canasta Básica.
La Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) define la figura de
Canasta Básica de la siguiente manera: “Es el conjunto de bienes y servicios
indispensables para que una persona o una familia pueda cubrir sus necesidades
básicas a partir de su ingreso; en otras palabras, una canasta básica es
aquella que tiene todos los productos necesarios para poder tener una vida
sana, tanto física como mentalmente.”
Habría que agregar que el poder adquisitivo del salario se mide al
conocerse que tanto se acerca o se aleja de la adquisición de una Canasta
básica. Para una mayor comprensión de este problema, conviene conocer
las investigaciones de expertos en el tema, como lo es por ejemplo, el Centro
de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM (CAM de la
UNAM). A partir de 1979, con una encuesta de Ingreso-Gasto a las familias
mexicanas el CAM de la UNAM, ha calculado el precio de la Canasta Obrera
Indispensable (COI), conformada por 35 productos básicos para el uso diario de
una familia mexicana integrada por cinco personas, así como el
precio de la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR).
La Canasta Alimenticia Recomendable (CAR) es una canasta de alimentos
recomendable ponderada para el consumo diario de una familia mexicana
conformada por cinco personas, 2 adultos, y joven y dos niños. Fue integrada
considerando los aspectos nutritivos, de dieta, aspectos culturales, de
tradición, aspectos económicos. La CAR fue definida en su estructura, contenido
y ponderación por el Dr. Abelardo Ávila Curiel investigador del Instituto
Nacional de Nutrición “Salvador Zubirán”. Es importante indicar que para cubrir
el gasto las familias trabajadoras tienen que considerar el gasto en vivienda,
transporte, educación, salud, vestido y calzado, recreación, gastos que no
cubre la Canasta Alimenticia Recomendable. Las encuestas son levantadas
directamente por el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de
Economía de la UNAM.
En congruencia con esto, a continuación reproducimos la evolución de los
salarios mínimos contra el costo de la Canasta Alimenticia recomendable, en un
periodo de 1987 al 2012:
Dicho ingreso
condena a estos millones de trabajadores a que no puedan adquirir lo necesario
para comer, acercándose a niveles de extrema pobreza, en virtud de que con ese
salario diario no les alcanza ni para adquirir los alimentos necesarios para
subsistir, dado que el costo de dicha canasta al 2012, era de acuerdo a datos
del CAM de la UNAM, de $ 183 pesos
diarios Además. los datos del INEGI nos muestran también que en similar
condición se encuentran otro amplio grupo de trabajadores, es decir, los que ganan
entre uno y dos salarios mínimos, quienes tampoco pueden adquirir la CAR,
aunque destinaran para su compra todo su ingreso, tal y como podemos apreciar
en la gráfica anterior.
En conclusión,
cerca de 17 millones 436 mil trabajadores, perciben un salario con el cual no
pueden adquirir lo necesario para comer, y con ello reproducir su fuerza de
trabajo.
El deterioro
constante del poder adquisitivo del salario desde 1982, ha acumulado a la fecha una pérdida de 79.87
%. Particularmente el período de gobierno
de Felipe Calderón como titular del poder ejecutivo, se ha distinguido por
pulverizar el poder de compra de los salarios mínimos. Solamente en los tres
primeros años de su gobierno los salarios mínimos sufrieron una grave pérdida,
como lo explica el CAM : “El 1º de diciembre del 2006 el salario mínimo era de
$ 48.67 pesos diarios –área geográfica “A”- y
el precio de la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR) era de $80.83
pesos, con este salario se podía comprar el
60.21 % de la CAR. Para el 1º de enero de 2009 con un salario mínimo
diario de $ 55.92 en promedio, con un precio de $135.12 de la Canasta
Alimenticia Recomendable, únicamente se podía adquirir el 41% de la CAR.
Continua la cita:
“¿Cuál es el comportamiento del salario mínimo nominal diario en los últimos 25
años? Para 1987 el salario mínimo diario era de 6.47 pesos, para el 2012 es de
62.33, durante este periodo se registra una tasa de crecimiento relativo del
salario mínimo nominal diario de un 863.37 %.
“¿Qué significa
este aumento en pesos? Un incremento acumulado de 55 pesos con 86 centavos. A
lo largo del reporte de investigación se demuestra que aunque se recibe más
dinero se puede comprar mucho menos. El comportamiento del precio total de la
CAR durante el mismo periodo que va del 16 de diciembre de 1987, -fecha que
dicha canasta tenía un costo de 13.43 pesos-, al primero de diciembre del 2012
se incrementó a 842.25 pesos, la tasa de crecimiento relativa para este periodo
fue de 6,171.41 %, el incremento en pesos mexicanos fue de 828.82 pesos. Con lo
que el poder adquisitivo tuvo una tendencia negativa registrando una pérdida
acumulada en 25 años del -79.87 %” (CAM de la UNAM, Corte de caja del
Calderonato, Enero 2013).
En el 2012 las familias trabajadoras en México
adquirieron solamente el 32% de la CAR,
como se ve en la gráfica no. 1:
GRAFICA 1, cuadro 7, Elaborada por el Centro de Análisis Multidisciplinario
(CAM), Facultad de Economía de la UNAM, enero de 2009.
Para el 16 de
diciembre de 1987 con un salario mínimo diario se podía consumir el 163.80% de
la Canasta Alimenticia Recomendable, casi dos Canastas. Sin embargo para el 1°
de diciembre del 2012 con un salario mínimo general en la zona geográfica “A”
de 62.33, ya solo se puede consumir el 32.98 % de la misma CAR. (Véase Grafica
N° 7):
MITO DOS:
El Gobierno
Federal lleva años difundiendo el siguiente mito: “No hay necesidad de aumentos
“desmedidos” de los salarios, porque la inflación está controlada”.- Durante el
sexenio de Felipe Calderón (y ahora con Peña Nieto sigue la misma tendencia),
el incremento a los artículos de consumo popular fue de los más altos en los
últimos treinta años. Según la versión oficial, solamente se reconocía aumentos
a los precios de la tortilla y del huevo. Sin embargo, que no revelaron o
pretendieron ocultarle a la opinión pública, fue que el resto de los productos
de la canasta alimentaria básica – alimentos indispensables para satisfacer las
necesidades de consumo a partir de un salario– también sufrieron
modificaciones. El Secretario de Economía,
Ildefonso Guajardo Villarreal, así como el titular de PROFECO, Humberto
Benítez Treviño, instituciones encargadas de defender los derechos de los
consumidores, prevenir abusos y “garantizar relaciones de consumo justas”,
incumplen su obligación y han permitido la especulación a los grandes
comerciantes.
Históricamente el Gobierno Federal al tocar el
tema del desmedido incremento a los precios de los artículos de consumo
popular, ha mantenido la hipótesis de que la inflación está controlada, y que
no hay una escalada inflacionaria en México, concluyendo por supuesto que “no
hay necesidad de aumentos salariales de emergencia para los trabajadores”.
Incluso los legisladores del PRI y del PAN tanto en la Cámara de Diputados como
en el Senado de la República aprobaron los aumentos mensuales a gasolinas y
diesel, y descartaron que esa alza
pudiera desencadenar una espiral inflacionaria, pues ese aspecto de la macroeconomía
está controlado por el momento. A tal
grado llega su ansiedad por negar la< grave inflación por la que atraviesa
nuestro país, que el Partido Acción Nacional (PAN) en voz de Héctor Larios
Córdova, ha señalado que la realidad económica mexicana "dista mucho de
una escalada de precios". Sin
embargo la realidad que vivimos los asalariados mexicanos es totalmente
distinta:
Los artículos de
consumo popular, como leche, huevo, carne de res, pan blanco, tortilla, aceite,
etc., han sufrido en el período del gobierno de Calderón, así como en el tiempo
que lleva Peña Nieto, severos incrementos de precio, de tal magnitud que como mostramos
anteriormente no pueden ser adquiridos por más de 17 millones de trabajadores mexicanos. Más aún,
el incremento en el precio de los alimentos fue el factor central del aumento
de la pobreza en México en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa. Mostraremos
algunos datos al respecto:
En casi todo el
período de tiempo que se ha aplicado en México el modelo económico de
capitalismo salvaje (el Neoliberalismo), la tendencia del poder adquisitivo del
salario ha sido de brutal caída. Si observamos el comportamiento de salarios
contra el precio de la Canasta Obrero Indispensable, podemos demostrar esta
aseveración:
El dato es revelador,
tanto el salario real así como el poder adquisitivo del salario mínimo no sólo
no han tenido crecimiento sino que han decrecido, sufriendo pérdidas de 82% y
de 36% respectivamente.
Ahora bien, el tiempo que
lleva Peña Nieto como titular del poder ejecutivo la tendencia de aumentos a
los básicos sigue, como podremos apreciar en el siguiente cuadro de precio de
alimentos, tomados estos de la Canasta Inteligente de la PROFECO:
PRECIOS DE 20 ARTÍCULOS DE LA CANASTA ALIMENTICIA RECOMENDABLE (CARI) , del 1° de Diciembre de 2006 al 27 de Marzo de 2012. Precios tomados de la Canasta Inteligente de la
PROFECO.
|
||||||
Producto
|
Presentación de venta
|
Precios al 1º de diciembre 2006
|
Precios al
27 de Marzo de 2013.
|
Diferencia en pesos
|
||
1
|
Aceite
|
1
lts.
|
$16.18
|
$ 25.60
|
$ 9.42
|
|
2
|
Arroz
|
1 kg.
|
$10.00
|
$ 19.14
|
$ 9.14
|
|
3
|
Azúcar
|
1 kg.
|
$10.50
|
$ 36.16
|
$ 25.66
|
|
4
|
Carne
de res
|
1 kg.
|
$65.00
|
$ 92.65
|
$ 27.65
|
|
5
|
Fríjol
|
1 kg.
|
$14.18
|
$ 32.43
|
$ 18.25
|
|
6
|
Huevo
|
12
piezas.
|
$13.58
|
$ 25.15
|
$ 11.57
|
|
7
|
Jitomate
|
1 kg.
|
$14.33
|
$ 18.91
|
$ 4.58
|
|
8
|
Leche
|
1
lts.
|
$9.82
|
$ 14.10
|
$ 4.28
|
|
9
|
Nopales
|
1 kg.
|
$9.59
|
$ 18.95
|
$ 9.36
|
|
10
|
Pan blanco
|
1
pza.
|
$1.10
|
$ 1.90
|
$ 0.80
|
|
11
|
Pan
dulce
|
1
pza.
|
$2.84
|
$ 4.50
|
$ 1.66
|
|
12
|
Papa
|
1 kg.
|
$11.00
|
$ 19.40
|
$ 8.40
|
|
13
|
Piña
|
1 kg.
|
$9.00
|
$ 20.90
|
$ 11.90
|
|
14
|
Plátano
|
1 kg.
|
$6.83
|
$ 16.90
|
$10.07
|
|
15
|
Pollo
entero
|
1 kg.
|
$20.80
|
$ 36.78
|
$ 15.98
|
|
16
|
Queso
canasto
|
1 kg.
|
$54.77
|
$ 75.90
|
$ 21.13
|
|
17
|
Jamón
de pierna
|
1kg
|
$73.95
|
$ 107.16
|
$ 33.21
|
|
18
|
Tortilla
|
1 kg.
|
$7.04
|
$ 13.00
|
$ 5.96
|
|
19
|
Crema
dental
|
1
tubo 100 ml
|
.
|
$12.95
|
$ 24.00
|
|
20
|
Jabón
de tocador
|
1
pieza 180 gr
|
.
|
$5.00
|
$ 10.39
|
$ 5.39
|
TOTALES
|
$368.46
|
$ 613.92
|
$ 245.46
|
|||
Canasta Básica Alimentaria, Instituto Nacional de
Nutrición "Salvador Zubirán".
El costo de esta
Canasta Alimenticia Recomendable tuvo un incremento de $245.46 pesos en el período de Calderón.
|
||||||
Los
precios de la CAR tomados de la Canasta Inteligente de la PROFECO, es decir,
con datos oficiales, muestran que el nivel inflacionario de los productos de
consumo popular son muy altos, provocando un severo impacto en el poder
adquisitivo de los salarios de los trabajadores. Estos aumentos desmedidos a
los artículos de consumo popular, son violatorios de la norma establecida en el
párrafo tercero del artículo 28 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, la cual establece que los artículos de consumo popular tengan
precios máximos, para no dañar a la economía popular. Esto lo conocemos como
control de precios, y está definido en el mencionado artículo 28 de la
siguiente manera:
“Las leyes fijarán
bases para que se señalen precios máximos a los artículos, materias o productos
que se consideren necesarios para la economía nacional o el consumo popular,
así como para imponer modalidades a la organización de la distribución de esos
artículos, materias o productos, a fin de evitar que intermediaciones
innecesarias o excesivas provoquen insuficiencia en el abasto, así como el alza
de precios. La ley protegerá a los consumidores y propiciará su organización
para el mejor cuidado de sus intereses.”
Asimismo, el
artículo 570 de la Ley Federal del Trabajo, establece que los salarios mínimos
podrán revisarse en cualquier momento, siempre y cuando existan circunstancias
económicas que lo justifiquen, tal y como se puede apreciar en la siguiente
cita textual:
“Artículo 570.-
Los salarios mínimos se fijarán cada año y comenzarán a regir el primero de
enero del año siguiente.
Los salarios
mínimos podrán revisarse en cualquier momento en el curso de su vigencia
siempre que existan circunstancias económicas que lo justifiquen:
I.
Por iniciativa del Secretario del Trabajo y Previsión Social quien formulará al
Presidente de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos solicitud por
escrito que contenga exposición de los hechos que la motiven; o
II.
A solicitud de los sindicatos, federaciones y confederaciones de trabajadores o
de los patrones previo cumplimiento de los siguientes requisitos:
a)
La solicitud deberá presentarse a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social
por los sindicatos, federaciones y confederaciones que representen el cincuenta
y uno por ciento de los trabajadores sindicalizados, por lo menos, o por los
patrones que tengan a su servicio por lo menos dicho Porcentaje de
trabajadores.”
Por lo tanto, el
elevado costo de la Canasta Alimenticia Recomendable, constituye una
circunstancia económica que justifica que en este momento se lleve a cabo un
incremento salarial de emergencia, a efecto de que los salarios mínimos inicien
un proceso de recuperación en su poder adquisitivo. Sin embargo, la política de
impunidad llevada a cabo por el Gobierno
Federal, violentando diariamente la Ley Federal del Trabajo, ha impedido que se
aplique con pulcritud esta norma, y lo que han hecho los defensores de la
patronal es difundir el mito de que “la inflación está controlada”, para tratar
de justificar la política de empobrecimiento y de contención de los salarios de
los trabajadores.
MITO TRES:
“Los salarios de
los trabajadores son inflacionarios”.-
Uno de los teóricos del Gobierno Federal en materia salarial, me refiero
al ex gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, repitió la
vieja tesis Neoliberal de que los aumentos salariales a los trabajadores,
generan inflación. Al referirse este funcionario a la demanda de algunos
sindicatos de un aumento salarial de emergencia por la escalada inflacionaria,
respondió como loro y de manera ingenua que “un aumento como este resultaría
inflacionario” De la misma manera, miembros prominentes del Partido
Revolucionario Institucional (PRI), como Emilio Gamboa Patrón, declaró a los
medios que: “un incremento salarial de emergencia puede provocar una espiral
inflacionaria que a nadie conviene…” Estos argumentos, además de ser viejos, no
tienen fundamento alguno, como vamos a demostrar a continuación:
En primer término,
los salarios mínimos y contractuales todavía no reciben aumento salarial alguno
y ya ha habido un terrible incremento de precios a diversos artículos de
consumo popular, por ejemplo:
- ·Aumentos a gasolina y diesel: Durante el sexenio de pesadilla de Felipe Calderón, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público decretó 76 gasolinazos, generando incrementos muy severos a gasolinas y a diesel y en consecuencia a los alimentos. Más aún durante los doce años de panismo, de acuerdo con datos estadísticos de Petróleos Mexicanos (PEMEX), es decir, de 2000 al final del Calderonato, el precio de la gasolina Premium se incrementó en un 89 por ciento, ya que su precio al público pasó de 5.91 pesos por litro a 11.19 pesos. Con respecto al diésel -combustible utilizado particularmente en el autotransporte y maquinaria agrícola- el incremento en el costo de este energético ha sido de 150 por ciento al pasar de 4.37 pesos por litro, en diciembre de 2000, a 10.99 pesos por litro.
- · Asimismo, en los más de tres meses de la administración de Peña Nieto, este y la Secretaría de Hacienda han llevado a cabo tres gasolinazos. Esto muestra que la política de elevar el costo de las gasolinas y diesel seguirá con Peña Nieto, ubicando el costo de los combustibles “a precio de oro”, si los comparamos con el poder adquisitivo de los salarios. La gasolina Magna se vende en Marzo de 2013 en $ 11.03 pesos por litro, mientras que la Premium aumenta a $ 11.59 y el diesel sube de $ 11pesos a $ 11.39 pesos por litro.
·
Como consecuencia
aumentos a diversos artículos: Como una repercusión directa del aumento de
gasolina y diesel, en virtud de que muchos bienes son transportados, se ha dado
un incremento al precio de artículos básicos como la tortilla, el pan blanco,
la leche, el huevo, etc., que (como lo han reconocido los empresarios) dichos
aumentos han sido producto del incremento de las gasolinas y diesel, y por
supuesto se recarga todo esto en el consumidor final, es decir, en el pueblo
trabajador.
· Por lo tanto, no
son los salarios los que causan la inflación, por el contrario la inflación es
generada por la voracidad y por la especulación de los medianos y grandes
comerciantes y empresarios que de manera impune imponen altos precios a los
artículos de la canasta básica, sin que ningún organismo gubernamental, sea la
CONASAMI, la PROFECO, la Secretaría de Economía, etc., les ponga freno, por el
contrario los alientan porque prácticamente se asumen como empleados de estos
empresarios que no tienen “llenadora”, y en su afán de acumular ganancias
imponen una política criminal de precios a los artículos de consumo popular.
En relación con
esto, hay que recordar que como lo mencionamos anteriormente uno los métodos
que utilizan los economistas para medir el poder adquisitivo de los diferentes
sectores de la población, es la elaboración de Canastas Básicas. Del nivel del
salario de los trabajadores, depende que tanto se acerque o se aleje una
familia trabajadora para la adquisición de estas canastas.
Desde el año de
1902 que se elaboró en Inglaterra una de las primeras canastas básicas que se
conocen, el contenido de estas han evolucionado, pasando solamente de productos
alimenticios a otras en donde se incluyen esparcimiento, cultura y educación,
vivienda, etc.. En la actualidad las canastas básicas consideran tanto los
gastos en alimentos como los de vivienda, vestido, mobiliario, equipamiento,
educación, transporte y diversos conceptos adicionales.
Para ilustrar lo
anterior podemos hacer un ejercicio que muestra la brutal caída del poder
adquisitivo de los salarios. Para ello reproducimos textualmente al CAM de la
UNAM, en su reporte 102, publicado en Noviembre de 2012:“El Centro de Análisis
Multidisciplinario (CAM) de la UNAM concluye que durante los últimos 25 años de
gobiernos neoliberales, del 16 de diciembre de 1987 al primero de enero del año
2012 la pérdida acumulada del poder adquisitivo del salario mínimo es de
82.36%. Durante el sexenio de Felipe Calderón, del 1° de diciembre de 2006 al
19 de agosto del año 2012 el salario mínimo ha perdido 43.10% de su poder
adquisitivo. Y del 1° de enero de 2012 al primero de octubre del presente año
el salario mínimo ha perdido un 0.36% de su poder de compra.”
“Es decir, del 16
de diciembre de 1987, cuando entra en vigencia la era de los pactos, al 1° de
abril del año 2012 el costo de la Canasta Obrera Indispensable (COI) se ha
incrementado (de manera acumulada), en un 5576.82% y de otro lado el incremento
acumulado del salario mínimo nominal diario ha sido de sólo 963.37%.
El 16 de diciembre
de 1987 con un salario mínimo de $6.47 se podían comprar 32.4 kg. De tortillas,
para el primero de octubre del año 2012 con una cotización del mini salario de
$62.33 diarios, sólo se pueden comprar 4.98 kg., es decir, menos una sexta
parte de lo que se podía adquirir del básico en 1987.”
En otras palabras, el costo de los bienes y
servicios necesarios para que viva un trabajador y su familia, en el periodo
mencionado, han sufrido aumentos muy superiores a los salarios. Por lo tanto,
podemos concluir que los salarios no han impactado negativamente en la economía
del país, ni generan inflación. Por el contrario, con salarios remuneradores,
el mercado se desarrolla, al existir un buen nivel de compra de los ciudadanos.
Ante esta afirmación mitológica del empresariado en
el sentido de que los salarios de los trabajadores generan inflación, es
necesario leer lo que en Abril de 1891, escribió Carlos Marx, en una obra
titulada Trabajo Asalariado y Capital, por lo que recomendamos a nuestros
lectores la lectura de este folleto,
Algunas
reflexiones sobre la obra Trabajo Asalariado y Capital, de Carlos Marx
· En primer lugar, enseñó
que la clase obrera al trabajar lo que vende o alquila no es su trabajo (pues
este todavía está por hacer), “sino que pone a disposición del capitalista, a
cambio de una determinada remuneración, su fuerza de trabajo” (Introducción
de Federico Engels a trabajo Asalariado y Capital, 30 de Abril de 1891.
· La clase obrera es la que
produce todos los valores (la riqueza de una nación), es decir, “la fuerza de
trabajo es en nuestra actual sociedad capitalista una mercancía, una mercancía como
otra cualquiera, y sin embargo muy peculiar. Esta mercancía tiene, en efecto,
la especial virtud de ser una fuerza creadora de valor, una fuente de valor.”
Valor que se apropia el capitalista, con el cual este acumula inmensas
fortunas. Tenemos como ejemplo, que en México, a raíz de las privatizaciones de
cerca de 1000 empresas públicas, y con la política de precarización de los
salarios de los trabajadores, se han formado un élite de multimillonarios que
forman parte de la “Lista de Forbes”, es decir, los hombres más ricos del
planeta ( Slim, Azcárraga, Salinas Pliego, Germán Larrea Mota, etc.)
· Por lo tanto, los obreros
a través de sus luchas gremiales lo que hacen es vender en mejores condiciones
su fuerza de trabajo, sin que esto genere inflación, sino por el contrario
generan inmensas riquezas que son apropiadas por la patronal sin trabajar, lo
que es conceptualizado por Marx como plusvalía.
La inflación es generada de manera deliberada por
los grandes empresarios, que con la complacencia del gobierno federal, tienen
manos libres para aumentar el precio de los productos. Hay que recordar, por
ejemplo, que al final del sexenio de José López Portillo (1976-1982), existió
un control de precios a una canasta Básica conformada por 96 bienes y servicios,
y esto contuvo la inflación durante un
tiempo. Posteriormente la inflación se elevó drásticamente durante el siguiente
sexenio, a partir de 1982 con Miguel de la Madrid Hurtado, desapareciendo prácticamente el control de precios de dicha
canasta, lesionado severamente el nivel de vida de los trabajadores y de la
población en general.
Ante este escenario en materia salarial de nuestro
país, y por los razonamientos expuestos a lo largo de este modesto trabajo, hacemos
las siguientes:
CONCLUSIONES Y PROPUESTAS:
·
Podemos concluir que ante el
nivel inflacionario existente en México en este momento, con la consecuente escalada de precios de
todos los básicos, se requiere que los Sindicatos se organicen, para arrancar
al Gobierno Federal un estricto Control de Precios a los artículos de Consumo
Popular, a efecto de detener el altísimo precio que tienen diversos artículos
básicos como leche, carne, huevos, tortilla, pan blanco, así como a electricidad,
las gasolinas y al diesel. Esto lo fundamentamos de acuerdo a lo establecido en
el párrafo tercero del artículo 28 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.
·
Los
trabajadores y sus sindicatos tenemos todo el derecho y elementos de naturaleza
jurídica, para demandar en este momento un Aumento Salarial General de Emergencia,
con el propósito de recuperarse salarialmente de los impactos de esta gravísima
inflación, tal y como lo establece el artículo 570 de la Ley Federal del
Trabajo.
·
Los salarios no generan inflación, y su poder adquisitivo es insuficiente para
adquirir la canasta básica, por lo que es necesario que los sindicatos de
trabajadores, cimentemos de manera urgente un programa de recuperación del
poder adquisitivo en México, que permita elevar su nivel de vida del pueblo
trabajador, con lo cual se desarrollará el mercado de nuestro país.
·
En complemento con esto, es urgentísimo que los Sindicatos establezcan una
política de formación de cuadros sindicales, con el objetivo de que los
trabajadores de base elevemos nuestros niveles de formación sindical y
política, para que no sea una buena intención, sino una realidad la
organización de los sindicatos a efecto de lograr una recuperación gradual del
poder adquisitivo de los salarios.
·
A partir de
que surgieron los primeros sindicatos de trabajadores en la segunda década del
siglo XX hasta nuestros días, los diferentes gremios solamente hemos organizado
nuestras luchas por lograr mejores salarios y prestaciones. Esto ha sido muy
importante. Sin embargo ha sido insuficiente, dado que limitar la lucha de los
trabajadores a lo económico, es condenarlos a la esclavitud asalariada eterna.
Es necesario entonces, que los sindicatos y los trabajadores, hagamos política,
es decir, combinemos la lucha económica (por aumentos salariales), con la lucha
política, para disputar a los empresarios la conducción de nuestra patria.
·
La frase de
“ni una lucha aislada más” solamente será una realidad cuando los diferentes
gremios unamos nuestras luchas de resistencia (mineros, electricistas del SME,
maestros, pilotos, obreros de la industria automotriz, etc), formando un gran
frente de resistencia, y conformando nuestro propio partido político, dado que
ninguno de los partidos políticos actuales (PRI, PAN, PRD, Partido Verde,
Movimiento ciudadano, etc.), representa los intereses de los trabajadores y del
pueblo.
·
Este modelo económico Neoliberal no
ha sido un fracaso como afirman algunos intelectuales, por el contrario ha sido
un modelo que se ha caracterizado por sobre explotar a los trabajadores,
desmovilizándolos. Por esta razón es necesario que realicemos acciones que
permitan formas una “clase trabajadora total y efectivamente consciente,
unificada disciplinada y apta, capaz de llevar a cabo el establecimiento de un
sistema económico justo que permita a todos los trabajadores y mujeres aptos
para trabajar vivir holgadamente del producto de su propio trabajo y haga
imposible el enriquecerse con el trabajo de los demás”, tal y como se propone
el artículo 6° de los estatutos del SME.
·
En resumen, los obreros necesitamos construir una sociedad en donde no
existan multimillonarios que acumulen inmensas fortunas a costa de sobre
explotar la fuerza de trabajo, un país donde todos trabajemos, y tengamos
educación plena, acceso a la cultura, al arte, al deporte, a la salud y que
nadie pueda explotar fuerza de trabajo. Esto lo podemos resumir, concluyendo
que necesitamos construir una sociedad con orientación o perspectiva
Socialista.
ANEXO:
Como colofón, para mostrar que ante la
desmovilización de los sindicatos de trabajadores los empresarios han
empobrecido brutalmente a los trabajadores mexicanos, mostramos un análisis al
respecto realizado por Rafael Barajas (el Fisgón, publicada en 2012 en la
revista El Chamuco), donde se hace un comparativo de los salarios mínimos en
América Latina:
ATENTAMENTE
México, D.F., Marzo de 2013
DAVID MIRANDA PÉREZ
(Trabajador en resistencia del SME).
ANEXOS DOCUMENTALES SOBRE EL MDELO ECONOMICO NEOLIBERAL:
Cuatro décadas perdidas para los trabajadores: Análisis de la evolución de los Salarios Reales en la historia reciente de los Estados Unidos (1970-2009)
EL SALARIO MINIMO SI AUMENTA ES INFLACIONARIO
EFECTOS DE LA POLITICA NEOLIBERAL SOBRE LAS EMPRESAS MEXICANAS
Rentabilidad y transformación estructural neoliberal en México y Estados Unidos
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