La lucha de la clase obrera por un salario suficiente.
La clase obrera mexicana ha llevado a cabo durante décadas una lucha exclusivamente económica, es decir una lucha por satisfacer sus necesidades cotidianas, como la comida, el vestir y tener un techo donde vivir. Desde su aparición en México, a finales del siglo XIX, y principios del siglo XX, las luchas obreras han sido casi exclusivamente por el mejoramiento de sus condiciones de trabajo y el aumento de salarios.
Esta lucha ha tenido mucha importancia ya que se opone a la tendencia de empobrecimiento de los trabajadores y contribuye a la formación de la solidaridad de clase, sin embargo esta lucha es por fines particulares, por fines gremiales, en la que no se plantea la tarea general de liquidar al capitalismo, por lo que constituye una lucha demasiada limitada. Pues limitar la lucha del proletariado al marco económico, condena a los obreros a la esclavitud asalariada eterna.
La clase obrera mexicana ha llevado a cabo durante décadas una lucha exclusivamente económica, es decir una lucha por satisfacer sus necesidades cotidianas, como la comida, el vestir y tener un techo donde vivir. Desde su aparición en México, a finales del siglo XIX, y principios del siglo XX, las luchas obreras han sido casi exclusivamente por el mejoramiento de sus condiciones de trabajo y el aumento de salarios.
Esta lucha ha tenido mucha importancia ya que se opone a la tendencia de empobrecimiento de los trabajadores y contribuye a la formación de la solidaridad de clase, sin embargo esta lucha es por fines particulares, por fines gremiales, en la que no se plantea la tarea general de liquidar al capitalismo, por lo que constituye una lucha demasiada limitada. Pues limitar la lucha del proletariado al marco económico, condena a los obreros a la esclavitud asalariada eterna.
En ese contexto las luchas económicas de los trabajadores mexicanos han venido en descenso, particularmente desde inicios de este siglo XXI, tanto en los sexenios panistas, como en los priistas. Este descenso ha sido de tal magnitud que el actual secretario del trabajo y previsión social, Alfonso Navarrete Prida, "presume" que durante el periodo que lleva la actual administración de Peña Nieto, no hay huelgas a nivel federal, a lo que elegantemente le llama "paz laboral". Prácticamente el proletariado mexicano ni siquiera ejerce un derecho fundamental, como es el derecho de Huelga.
Salario suficiente ¿Esperanza fundada o derecho Constitucional?
El secretario del trabajo, recientemente en un encuentro de supuestos especialistas en materia salarial, afirmó que "hay esperanzas fundadas de que podrá haber mejoría en los salarios de los trabajadores mexicanos", concluyendo además que la Comisión Nacional de los salarios mínimos(CONASAMI), "determinó el año pasado un incremento muy importante, casi del doble de la inflación" y para 2016, según el "hay un amplio margen para que siga recuperando el poder adquisitivo"
A la luz de los datos ¿Cuál es la realidad? Tomando como referentes del nivel de vida de la clase trabajadora, la canasta obrera indispensable(COI) y la canasta alimenticia recomendable(CAR), cuya elaboración es realizada por el CAM de la UNAM, nos daremos cuenta de la severa pérdida del poder adquisitivo de los salarios: En el caso de la COI, canasta de uso continuo diario, integrada por 35 bienes y servicios ( es decir 27 alimentos, 3 productos de aseo personal, transporte, ya sea metro, metro bus o micro, pago de energía eléctrica, gas y agua), su costo diario es de $453 pesos, mientras que el salario mínimo diario es de $70 pesos. Es decir, se requieren 6 salarios y medio aproximadamente, para adquirir diariamente la COI. Por lo tanto, a la luz de estos datos, el concepto de salario suficiente establecido en la fracción VI del artículo 123 de nuestra Constitución Política, es letra muerta, pretendiendo el secretario del trabajo sustituir esta norma con la caricatura de “esperanza fundada”.
Empleos con salarios precarios
Tanto Enrique Peña Nieto como
Navarrete Prida afirman que su administración ha avanzado ¨en la recuperación
del poder adquisitivo del salario¨. Esta afirmación es falsa. El Centro de Análisis Multidisciplinario de
la Facultad de Economía de la UNAM, en su reporte 122 informa que el precio de
la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR),
es de $205 pesos, es decir, se requieren tres salarios mínimos para
poder adquirir dicha canasta, por lo que más de 20 millones de trabajadores que
ganan entre uno y dos salarios mínimos diarios, no ganan lo necesario para
comer (ver cuadro):
Los empleos creados durante estos tres años de la administración de Peña
Nieto son de carácter precario. De acuerdo a datos del INEGI, es decir, datos
oficiales, la población ocupada a Diciembre de 2015 era de 51 millones 568 mil trabajadores. El número de trabajadores que
ganaban hasta un salario mínimo se
ha incrementado: en enero de 2013 (inicio de la actual administración) 6
millones 256 mil trabajadores ganaban hasta un salario mínimo; para Diciembre
de 2015 7 millones 601 mil 879
personas ganaban este mísero ingreso, por
lo que la actual administración incrementó en un 1millón 345 mil empleos quienes
ganan un salario mínimo.
En contraste, las personas que ganaban al inicio de la administración de
Peña Nieto más de 3 hasta 5 salarios mínimos eran 7 millones 869 mil trabajadores. A Diciembre de 2015 fueron
solamente 7 millones 440 mil los que
se ubicaron en este rango salarial, es decir, el gobierno federal eliminó 428 mil puestos que tenían este
ingreso.
Los trabajadores que en Enero de 2013 ganaban más de 5 salarios mínimos,
eran 3 millones 624 mil personas. A Diciembre de 2015, solamente 3 millones 247 mil trabajadores tenían
este salario, es decir, el gobierno federal eliminó 376 mil puestos de trabajo
con este salario. Y los trabajadores que no reciben ingresos (es decir, reciben
propinas o comisiones), al primer trimestre de 2013, eran 3 millones 498 mil personas; para Diciembre de 2015, 3 millones 610 mil 957 trabajadores no
recibe ingresos, es decir, incrementaron en 112 mil 838 personas, quienes no
reciben ingresos. Estos datos nos
permiten observar que los empleos creados en la presente administración, tienen
salarios precarios, y en contraste el gobierno federal ha eliminado muchos
puestos de trabajo que tenían salarios más o menos suficientes.
Conclusiones y propuestas
1.
No hay
recuperación salarial, el gobierno de Peña Nieto ha profundizado el carácter
mísero del poder adquisitivo de los salarios mínimos y también de los
contractuales.
2.
La respuesta
de los trabajadores y de sus sindicatos es muy débil. Los sindicatos de
trabajadores no han respondido de manera organizada para llevar a cabo un
proceso de recuperación salarial. Es urgente iniciarlo.
3.
Esta respuesta
no ha sido posible por el entreguismo y corrupción de la mayoría de dirigentes
sindicales, quienes se han caracterizado por su entreguismo y servilismo a la
clase patronal, por lo que las luchas gremiales son cada mes más limitadas y
dispersas.
4. Es necesario que los sindicatos democráticos se
articulen para ejercer su derecho a tener salarios suficientes, arrancando
revisiones de salario cuando sea necesario y no sólo anualmente (los llamados
incrementos salariales de emergencia), de acuerdo a lo establecido en artículo
570 de la Ley Federal del Trabajo.
5. Demandemos al gobierno federal un estricto control
de precios a los artículos y servicios de consumo popular, como carne de res,
leche, blanquillo, frijol, electricidad, gasolina, transporte, etc. Tal y como
lo establece el artículo 28 Constitucional.
6. El problema de los míseros salarios está ligado al
régimen capitalista de nuestro país, por lo que la solución de fondo no es
solamente que los trabajadores luchemos por incrementos de salarios, sino
también necesitamos incursionar en la lucha política, es decir, la lucha por
cambiar el actual régimen capitalista.
7. Si la clase obrera sigue limitada a llevar luchas
economicistas o gremiales exclusivamente, está condenada a la esclavitud
eterna. Es necesario que la izquierda militante se acerque al proletariado,
para politizarlo, condición básica para que democratice sus sindicatos desde abajo.
México, D.F. Marzo
2016.
David Miranda
Pérez.
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