SALARIOS Y ELECCIONES FEDERALES DE MÉXICO
Por
David Miranda Pérez
Trabajador agremiado al Sindicato Mexicano de Electricistas
A 22 días que se
lleven a cabo las elecciones federales en México, en donde habrá en
disputa 2 mil 159 cargos de elección popular: 500 diputados federales, 9
gubernaturas, 641 diputados locales, 993 presidentes municipales y 16 jefes
delegaciones en el Distrito Federal (D.F.), el tema de los salarios de los
trabajadores está “ausente” en las llamadas plataformas electorales de casi
todos los partidos políticos. Particularmente el PRI, el PAN, el PRD y el Partido Verde, en sus campañas solamente
se han ocupado de acusar a las demás organizaciones partidarias de corrupción,
de ineptitud, etc., sin hacer propuesta alguna sobre el tema salarial, cuestión
fundamental para la sobrevivencia de millones de mexicanos, que tenemos como
única fuente de subsistencia el salario.
El PRI por ejemplo, en su campaña electoral solamente se ha
dedicado a ensalzar las llamadas reformas estructurales, mintiendo a los
ciudadanos, porque la supuesta “baja a las tarifas eléctricas” se ha dado
solamente al precio de la tarifa industrial, cuyo precio ha disminuido en cerca
del 18%, de acuerdo a cifras de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Mientras tanto, las tarifas de cerca de 30 millones de usuarios domésticos no
han visto reducción alguna, y si una merma cada vez más drástica a su salario,
a tal grado que o comen o pagan la luz. Por otra parte, las condiciones de
trabajo de los miles de jornaleros de San Quintín, Baja California, revelan
además las condiciones de semiesclavitud en la que trabajan miles de
trabajadores a lo largo de nuestro país, así como el carácter pro empresarial
del gobierno de Enrique Peña Nieto.
El PAN por su parte, dice en su campaña electoral de manera
demagógica que se deben “subir los salarios”, sin explicar su propuesta y mucho
menos decir como lo harían. Aún más, durante los dos sexenios que estuvieron al
mando del poder ejecutivo (Vicente Fox y Felipe Calderón), este partido mantuvo
no sólo una guerra contra el narco, sino también una guerra en contra de los
trabajadores. Hagamos un breve recuento de esto: Por las nulas condiciones de
seguridad e higiene se dio el accidente el 19 de Febrero de 2006 en la unidad
minera Pasta de Conchos en Coahuila, cuyo dueño es el multimillonario Germán
Larrea Mota. Murieron en ese accidente 65 mineros, sin que Fox y Calderón
(junto con sus respectivos Secretarios del Trabajo), hayan movido un dedo para
castigar a dicho empresario y “reparar” el daño ocasionado a los familiares.
Por el contrario, dejaron actuar con total impunidad a la familia Larrea Mota, haciendo posible no
solamente que este hecho quedara sin castigo, sino además que hasta la fecha el
barón German Larrea no haya resuelto las demandas de los trabajadores mineros
que estallaron tres huelgas el 30 de Julio de 2007, demandando mejorar las
condiciones de seguridad e higiene en Cananea Sonora, en Taxco Guerrero y en
Sombrerete Zacatecas.
Y Felipe
Calderón, el 11 de Octubre de 2009, tomo militarmente las instalaciones del
organismo público Luz y Fuerza del Centro, despidiendo injustificadamente a más
de 44 mil trabajadores electricistas agremiados al Sindicato Mexicano de
Electricistas (SME), sin que a la fecha Peña Nieto, actual titular del poder
ejecutivo haya tenido voluntad política para reinstalar en sus puestos de
trabajo a los cerca de 16 000 trabajadores que siguen resistiendo. Por otra
parte, el poder adquisitivo de los salarios con Calderón sufrió una
pérdida acumulada en su poder adquisitivo de 45 %, caída salarial que rebasa a
la sufrida en todo el sexenio de Miguel de la Madrid y de Carlos Salinas de
Gortari, de acuerdo a datos del CAM de la UNAM.
El tema del salario es
fundamental, ya que desde que se aprobó nuestra Constitución original el 5 de
Febrero de 1917, se mencionaba en la fracción VI del artículo 123 lo siguiente
“El salario mínimo que deberá disfrutar
el trabajador será el que se considere suficiente, atendiendo las condiciones
de cada región, para satisfacer las necesidades normales de la vida del obrero,
su educación y sus placeres honestos, considerándolo como jefe de familia”
Este párrafo a la fecha ha sufrido algunas
modificaciones, conservando un principio fundamental: que el salario debe ser suficiente, principio que ha sido
pulverizado a lo largo de los más de 30 años que llevamos de modelo neoliberal
en nuestro país. Por ejemplo, con el actual salario mínimo no se puede adquirir
lo necesario para comer, puesto que mientras el salario mínimo está en $70
pesos diarios, el costo de la canasta Alimenticia es de $192 pesos
aproximadamente, tal y como lo podremos
apreciar en la siguiente gráfica elaborada por el Centro de Análisis
Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM (CAM):
Ni el PRD, mucho
menos el llamado partido Verde plantean con objetividad que hacer con el
problema de la precariedad de los salarios de los trabajadores. MORENA ha
tocado el tema, sin embargo le falta profundidad al respecto.
Hay que señalarle
a los candidatos de este partido y a los ciudadanos en general, que debe ser
tarea central iniciar una política de recuperación tanto de los salarios
mínimos (que ganan más de seis millones y medio de trabajadores mexicanos
diariamente), y también de los salarios contractuales; y que esto será posible
promoviendo entre los trabajadores y sus sindicatos el organizar de manera
inmediata una demanda al Secretario de
Trabajo y Previsión Social para obtener
un aumento salarial de emergencia, en base a lo dispuesto en el artículo 570 de
la Ley Federal del Trabajo; demandar al gobierno federal control de precios de los
artículos de consumo popular (carne, leche, blanquillos, pan, tortilla, frijol,
electricidad, gasolina y agua), ejerciendo el derecho establecido en el artículo
28 de nuestra Constitución Política; pero sobre todo, concientizando
trabajadores para que puedan articular y
llevar a cabo un cambio no sólo del modelo Neoliberal sino del actual régimen
capitalista.
MORENA debe
ligarse a las luchas de los ciudadanos y de los movimientos de resistencia,
adoptando una verdadera orientación política de izquierda para que no tenga un
final como el PRD. Asimismo, un cambio de régimen sólo será posible con la
participación de obreros, campesinos, jornaleros, indígenas, jóvenes, estudiantes,
amas de casa, etc., organizados políticamente.